Por El Almirante
“No hay victorias permanentes ni derrotas para siempre”, dijo el ex Presidente Felipe Calderón un lejano 2 de julio de 2012. Más allá de que sea o no santo de nuestra devoción, resulta ser una frase que la historia ha comprobado ser cierta en prácticamente todos los sistemas políticos y gobiernos. Quienes aseguran otro carro completo para Morena en la Cámara de Diputados en 2021, tal vez deban irse con un poco más de tiento.
Es cierto, las marcas Morena y López Obrador aun tienen bonos que les podrían asegurar refrendar escaños en la cámara baja, pero como resultado de cualquier overexposure, la marca ha sufrido un desgaste y su creador también. El cuestionable manejo de la pandemia COVID-19, los señalamientos de corrupción hacia distinguidos (por Andrés Manuel) integrantes de la 4T y la obsesión de querer crear una realidad paralela ante los medios de comunicación todos los días, indudablemente, traería un costo.
Algunas encuestas ya comienzan a dejar testimonio de esto, pasamos de la percepción a los números. Massive Caller, hace un año, colocaba a Morena con un 45% de las preferencias electorales en Cancún, siendo el PAN su más cercano competidor con un 15%. Hoy, a poco menos de un año de las elecciones del 2021, esa misma encuesta coloca a Morena con el 33.9% de las preferencias y al PAN, nuevamente, en segundo lugar con el 21.1%. Sin embargo, el dato relevante son los votantes indecisos, que representan el 26.4% del electorado según esta encuesta.
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Sin hacer mucho, más que dejarse llevar por la corriente, el PAN parece recuperar terreno, pero a la dirigencia panista en Quintana Roo, que encabeza Faustino Uicab, le ha faltado pericia política (o voluntad) para capitalizar este viento a favor. ¿Estará esperando el permiso o instrucción de Eduardo Martínez Arcila?