El cantante mexicano Lupillo Rivera vuelve a acaparar los titulares tras el lanzamiento de su libro “Tragos Amargos“, en el que relata algunos de los episodios más personales de su vida, incluyendo su polémica y fugaz relación con Belinda, uno de los romances más comentados del mundo del espectáculo.
A lo largo de las páginas, el intérprete del regional mexicano ofrece una mirada íntima a esa etapa, recordando tanto los momentos de cariño como los de tensión que marcaron su vínculo con la intérprete de “Bella Traición“. Uno de los fragmentos que más ha llamado la atención entre los lectores y seguidores del artista es aquel en el que revela cómo Belinda le preparó el desayuno personalmente, un gesto que, según él, mostraba la naturaleza apasionada y dominante de su relación.
Antes de narrar esa escena, Lupillo describe con detalle el impacto que le causó la cantante desde el primer momento:
“(Se veía) muy guapa, vestida con un blue jean, una chamarra blanca plateada y un peinado espectacular”, escribe el músico en su libro.
Lupillo Rivera también recuerda los primeros signos de conexión emocional, aunque no tardaron en aparecer ciertos matices de tensión.
“Me tomó de la mano con fuerza y no la soltaba”, relata el cantante. “Volteé hacia mi compañero y le dije en inglés: ‘I’m gonna have trouble’”, confesó.
La relación, que combinaba atracción y complicidad, fue evolucionando con altibajos. El intérprete cuenta que hubo momentos de distancia que le generaron confusión, como aquella ocasión en la que intentó hablar con Belinda sobre sus sentimientos y recibió una respuesta evasiva: “Le pregunté si había hecho algo que la ofendiera, pero ella solo dijo: ‘No, nada… solo no quiero hablar contigo’”.
En otro punto del libro, Lupillo Rivera recuerda una conversación más directa, en la que el juego de coqueteo entre ambos se volvió más evidente. “Le dije: ‘Si es cierto que te gusto, dame un beso y demuéstralo’. Era una relación intensa, llena de emociones fuertes”, escribió.
El episodio más comentado; sin embargo, es el del desayuno. Rivera cuenta que una mañana, cuando una empleada doméstica se ofreció a prepararle algo, Belinda intervino de inmediato y dejó en claro que solo ella podía atenderlo.
“Una vez se me acercó una de las empleadas y me preguntó si me ofrecía algo para desayunar. Cuando le dije que sí, Beli me paró en seco y se dirigió a la sirvienta: ‘Tienen estrictamente prohibido darle cualquier cosa a él. Lo que él pida, yo personalmente se lo voy a traer’. ‘¿Quieres algo, mi amor?’ Respondí yo atónito: ‘Ah, pues sí, quería un jugo’. ‘¿Y no tienes hambre? ¿No quieres unos huevitos?’ ‘Sí, claro, mi amor, sí, claro que sí’. Se fue y al rato regresó con unos huevos a la mexicana que ella misma cocinó. Un pedazo de pollo, café, tortillas, fruta cortada y un jugo de naranja”, relató.
El cantante considera que ese gesto, aunque lleno de cariño, reflejaba también la intensidad y el control que caracterizaban su vínculo: “Fue un detalle bonito, pero también una señal de cómo era nuestra relación: apasionada, impredecible y sin puntos medios”.
Finalmente, Lupillo admite que esa misma intensidad fue la que terminó por separarles. “Muy a mi pesar, llegó el día en que me di cuenta que con Belinda no había seguridad. Fue el principio del fin de una bonita historia de amor de los dos”, escribió el intérprete.
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El lanzamiento de Tragos Amargos ha generado una gran expectación y reavivó la conversación sobre la relación entre ambos artistas. Aunque Lupillo Rivera asegura que su intención no es crear polémica, sino contar su versión, las declaraciones han dado de qué hablar en redes sociales.
Por su parte, Belinda respondió recientemente a los comentarios sobre el libro con una declaración que muchos interpretaron como una indirecta. Aseguró que no opinaba sobre personas “irrelevantes”, sin mencionar directamente el nombre del cantante.
Con información de Milenio.
