Julian Assange, fundador de WikiLeaks en 2006, fue detenido las primeras horas de este miércoles en la embajada ecuatoriana en Londres, luego de que el presidente de dicho país, Lenin Moreno, le retirara la condición de asilo.
Ahora Assange seguramente irá a la cárcel de Estados Unidos a pagar por su crimen, el cual fue revelar información clasificada por el gobierno estadounidense para idealizar una utopía que se regiría a través de la verdad.
Julian Assange junto con su equipo de “hackers” comenzó a revelar información secreta del Pentágono, organismos internacionales y grandes corporaciones, demostrando que su inteligencia y su maestría tecnológica era más poderosa que muchos gobiernos, cambiando la percepción de la guerra y la paz de las relaciones internacionales.
WikiLeaks publicó en años posteriores miles de documentos del Pentágono y del departamento de Estado, demostrando que la guerra con Irak fue un error y que tuvo graves consecuencias para los musulmanes, aunque también países europeos y estadounidenses sufrieron del terrorismo yihadista.
Esta misma plataforma fue la que impulsó las primaveras árabes del 2011, donde expusieron que gobiernos occidentales apoyaban las dictaduras del norte de África.
Gracias a que Julian Assange revelaba la verdad en todo el mundo a través de WikiLeaks, la plataforma tuvo grandes donativos que la volvieron imparable y una amenaza para los gobiernos corruptos que se veían amenazados por las protestas de la sociedad que podían derrocarlos en cualquier momento.
En 2010, dos chicas suecas con las que se había acostado fueron a la comisaría para exigirle se hiciera la prueba del sida y al conocer los detalles de la relación, la policía abrió la diligencia por violación y abusos sexuales. Assange lo vio como un instrumento de Estados Unidos para frenar a WikiLeaks, pues había publicado secretos de la guerra de Irak, demostrando que se mataron inocentes sin razón.
Dos años de forcejeo legal lo llevaron a pedir asilo en la embajada de Ecuador en Londres, a la que ingresó en junio de 2012 con la esperanza de que los ecuatorianos lograran sacarlo del país, pero los británicos no cedieron, ni siquiera cuando la fiscalía sueca cerró el caso por violación o cuando la ONU, en el 2016, concluyó que el encierro equivalía a una detención ilegal.
Con información de La Vanguardia.