El caso de hongo negro en Tamaulipas se registró en una mujer que tiene diabetes y perderá un ojo para lograr detener la infección.

El caso de la mujer con hongo negro, fue detectado en Altamira, Tamaulipas, donde las autoridades de salud la confirmaron como el primer caso de hongo negro en una paciente de 59 años que se encuentra internada en un hospital privado, donde reportan que su estado de salud es grave y que incluso perderá un ojo para frenar el avance de la infección.

Al respecto, Raúl de León, patólogo y jefe de posgrado de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, confirmó a un medio local el caso de mucormicosis, el cual se encuentra en investigación y es atendido por especialistas.

De acuerdo con las declaraciones del experto, la paciente fue sometida a una prueba de Covid-19, la cual resultó negativa; sin embargo, la mujer padece insuficiencia renal y diabetes, “lo que compromete la eficacia de su sistema inmunológico y facilita la proliferación del hongo negro”.

Cabe mencionar que la mujer ingresó al hospital el pasado 20 de junio y ya está programada para una intervención quirúrgica en el ojo, la cual evitaría que el patógeno llegue al cerebro.

Mujer perderá su ojo para no poner en riesgo su vida

Por otra parte, el esposo de la paciente, Juan Sosa, declaró que su mujer tiene una variante llamada mucormicosis rinosinuorbital, por lo que debe someterse a una cirugía en el ojo izquierdo, donde hay mayor afectación.

La mujer comenzó con un malestar en la nariz, al ser revisada por un oftalmólogo y tras realizarse una serie de estudios, se confirmó que el hongo negro había sido el responsable de paralizarle el rostro.

“En cuatro días la mucormicosis le destruyó la cara, se le paralizó y entró hasta un ojo, ahí se pudo detener con medicamentos, pero de entrar al cerebro puede provocar que ya no haya vida”, dijo Sosa.

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Por lo que, para salvarle la vida a mujer originaria de Altamira, Tamaulipas, es necesario que pierda su ojo izquierdo; sin embargo, la familia no cuenta con los recursos suficientes para solventar los gastos que representa una cirugía de este tipo.

Gabriela Sosa, hija de la paciente, confirmó que la situación es delicada.

“Actualmente está controlada, estable, pero el peligro ahí está porque no queremos que el hongo negro se vaya al cerebro, porque yéndose al cerebro ya no hay algo que hacer”, dijo la joven a un periódico nacional.

Debido a lo anterior, la familia busca por diferentes medios reunir el dinero para la intervención, han realizado rifas y utilizado las redes sociales para solicitar el apoyo de la población.