México.-Es la primer hormiga mutante del mundo y una científico mexicana ayudó a su desarrollo para estudiar su sentido del olfato, cave en su desarrollo social.
Esta investigadora y su equipo, hacen historia
Una de las co autoras, es Leonora Olivos Cisneros, investigadora de la Universidad Rockefeller, EE.UU. y exalumna de la Facultad de Medicina de la UNAM.
De acuerdo con esta doctorante del Instituto de Investigaciones Biomédicas, se decidió estudiar a estos insectos como un modelo biológico de investigación con estructura social, tomando en cuenta que las hormigas tienen como sistema de comunicación el olfato.
“En las hormigas la comunicación es muy interesante, se basa en señales químicas llamadas feromonas, y como evidencia de la complejidad del sistema olfativo con el que perciben estas sustancias, podemos decir que tienen 10 veces más sensores olfativos que la mosca”, dijo Leonora Olivos.
¿Cómo se desarrolló?
Para modificar su genoma se usó una edición genética basada en el sistema inmune bacteriano (CRISPR por sus siglas en inglés). “Son como unas tijeras moleculares y las adaptamos para hacer esta mutación genética en insectos sociales, y sobre esto también hemos recibido comentarios muy favorables”, dijo la investigadora.
Así, los científicos generaron una hormiga deficiente en la proteína llamada ‘orco’, de la cual dependen los receptores olfativos, para demostrar la importancia que tienen para su comunicación.
“Las hormigas mutantes presentaron una conducta atípica: por ejemplo, en ciertas fases de su desarrollo forman nidos para proteger a sus crías, y las mutantes no se incorporaron a esta actividad, más bien, fueron bastante antisociales”, explicó.
Como las hormigas dejan rastros de feromonas que otras siguen, las mutantes no podían percibirlos y no seguían a las demás. Asimismo, “la estructura en su cerebro denominada lóbulo antenal, en donde se ubica el olfato, estaba completamente atrofiada y reducida en tamaño”, expuso.
Sobre el estudio
El trabajo fue publicado en la revista científica “Cell” y dirigido por Daniel Kronauer, jefe del Laboratorio de evolución social y conducta de la Universidad Rockefeller.
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El artículo se llama “La mutagénesis de [la proteína] orco causa pérdida de glomérulos del lóbulo antenal y altera el comportamiento social de las hormigas”.