Mundo.- Aunque parece una escena de ficción, parece que un lomito tiene dones fantásticos, así lo relata su dueña, Sam, quien dice que el animal es, literalmente su vida, pues está entrenado para medir los niveles de azúcar de su dueña que tiene diabetes.
La joven tiene la enfermedad desde los 4 años y con los años es más compleja, muchas veces ni ella misma reconoce si tiene el azúcar baja o alta, pero su perro lo reconoce.
Se trata de Korey, quien tiene un olfato tan agudo que puede avisar, incluso de noche, si su dueña padece de diabetes.
En todo momento el perro lleva el monitor de glucosa de su dueña, una amistad de olfato y corazón para siempre.
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