Procedente de Chiapas donde fue aspirante a la gubernatura hace dos años, aunque asegura ser residente de Chetumal, Alfredo Kanter Culebra intentó irrumpir en la escena política de Quintana Roo para hacerse con la dirigencia estatal de Morena, a pesar de no tener trabajo realizado en el estado. Por ello, no solamente no fue considerado en absoluto por los mandos en este partido, sino que, en su inexperiencia, cerró puertas al llevar un estilo combativo, y al aliarse con gente de dudosos antecedentes como Carlos Mimenza Novelo, quien abiertamente llama para su campaña a narcotraficantes.

“Pronto Quintana Roo se escribirá con ‘K’ de Alfredo Kanter”, declaró el empresario playense en un video proselitista, publicado en sus redes sociales, poco después de participar en un evento público en compañía del chiapaneco-chetumaleño.

Tanto Mimenza como Kanter tienen en común el efectuar una serie de actos de campaña anticipados, pues Kanter efectuó una serie de giras en el estado para formar supuestos “comités de base” que incautos creían que eran de Morena y resultaban ser para una asociación civil separada. También al igual que Mimenza, estos actos resultaron ser sólo un desperdicio de recursos, pues cuestionados, morenistas fundadores como Juan Ríos, Ricardo Velazco u otros dijeron desconocer quién era este personaje o cuál es el trabajo realizado en el partido que pudiera avalar su pretención de hacerse dirigente estatal.

Por ello, los únicos que se adhirieron a su malograda campaña fueron personas externas, que fingían “hablar” por la militancia de Morena, como la eterna dirigente del sindicato de burócratas de Benito Juárez, la hasta ahora priista Delia Alvarado, y Carlos Mimenza Novelo, ex aspirante independiente a la presidencia del país y supuesto líder de las inexistentes “autodefensas” en Quintana Roo.

El recibir el apoyo de Mimenza fue el “beso de la muerte” para Kanter, pues hizo imposible que alguien pudiera tomar su campaña en serio. Mimenza no solamente está sentenciado a la cárcel por amenazar a un periodista y denunciado ante la justicia federal por amenazar a otro, sino que en fechas recientes invitó a un cártel de droga a que “visitaran” la casa de una opositora política suya, al igual que “visitaran” a un periodista que escribió una nota crítica hacia una aliada suya.

De hecho, Carlos Mimenza Novelo abiertamente dice que invita con los brazos abiertos a los narcotraficantes, a quienes considera “empresarios”, a que se sumen a su campaña, como confirmó apenas la semana pasada en rueda de prensa. Esta actitud dice muchísimo sobre no sólo su ética y visión de mundo, sino sus posibles amistades e influencias, al no poner objeción al negocio de la droga, que año con año cuesta cientos de vidas en el estado.

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Lo peor para Kanter es que en el evento que tuvieron en agosto, Mimenza hablaba de cómo la ciudadanía había depositado sus esperanzas en Morena y que ellos pueden transformar al país, pero en la misma rueda de prensa en donde invitó al narcotráfico a trabajar con ellos, el playense le dio un “ultimatum” de 48 horas al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a que hiciera lo que él le ordenaba, o de lo contrario “haría la guerra” en Quintana Roo a través de sus (inexistentes) autodefensas.

Mimenza también dijo que consideraba aliarse con FRENAA, el Frente Anti Amlo de Gilberto Lozano, para así atacar al líder moral de Morena.

Con amigos así, Kanter difícilmente necesita enemigos. De hecho, no los tiene, pues simplemente ha caído en el olvido. Tal vez corra mejor suerte de regreso en Chiapas.