Esta mañana el secretario de Seguridad Pública, Alberto Capella recordó en redes sociales el atentado que sufrió en 2007 cuando un grupo de sicarios dispararon durante 11 minutos contra su casa.
Los hechos que ocurrieron la madrugada del 28 de noviembre de 2007 cuando Capella era presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad de Baja California y se salvó del atentado gracias a que contraatacó con las armas que sus escoltas habían dejado en su casa.
Ahora, a 12 años escribe “Mi gratitud y admiración eterna al creador de la vida y todo lo que esa creación representa. Este día es el de mayor reflexión para mi. Doce años de esta segunda oportunidad. Comprometido con hacer cada momento lo mejor como lo prometí en esos 11 minutos bajo fuego. Gracias Dios”.
Mi gratitud y admiración eterna al creador de la vida y todo lo que esa creación representa. Este día es el de mayor reflexión para mi. Doce años de esta segunda oportunidad. Comprometido con hacer cada momento lo mejor como lo prometí en esos 11 minutos bajo fuego. Gracias Dios.
— Alberto Capella (@kpya) November 28, 2019
De acuerdo con un reportaje realizado por la periodista Denise Maerker, algunos días después fue nombrado secretario de Seguridad Pública de Tijuana, donde además se resaltaba que alguien del sector empresarial y la sociedad civil, como lo era Capella, fuese nombrado en ese cargo.
Punto de Partida con Denise Maerker – Atentado Alberto Capella 2008 https://t.co/fhx6taFkbA vía @YouTube Para los que amablemente me han pedido una explicación
— Alberto Capella (@kpya) November 28, 2019
Punto de Partida con Denise Maerker – Atentado Alberto Capella 2008 https://t.co/fhx6taFkbA vía @YouTube Para los que amablemente me han pedido una explicación
— Alberto Capella (@kpya) November 28, 2019
Capella enfrentó una guerra, la más fuerte contra la corrupción y filtración del crimen organizado en las instituciones y corporaciones estatales como secretario de Seguridad Pública de Tijuana. Pero las amenazas en su contra no cedieron, incluso desde las mismas líneas oficiales de la policía, pues su nombramiento dejaba a muchos bajo el descontento.