Chetumal.- Luis Torres Llanes hizo una “proeza” política poco vista, en sólo año y medio revirtió la ola de apoyo con la que contaba su partido, debido al entusiasmo hacia el proyecto de Carlos Joaquín González, para ser no sólo repudiado en las urnas como candidato a diputado federal, sino también causar la pérdida de la capital del estado; una doble derrota producto de su mala gestión.
El revés sufrido por el Frente PAN-PRD-MC en las urnas este 1 de julio era hasta cierto grado predecible, debido a la fuerza del “Efecto AMLO”, que llevó al triunfo a muchos candidatos desconocidos y que apenas necesitaron hacer campaña. Sin embargo, en el sur del Estado, uno de los principales responsables es Luis Torres Llanes, quien defraudó a los chetumaleños que depositaron su confianza en el cambio con una opaca e ineficiente administración.
Chetumaleños vieron con decepción cómo su ciudad se fue llenando de baches, no se le brindó solución al servicio de basura y, peor de todo, no se pudo contar con un servicio de transporte público, rompiendo Luis Torres Llanes así una de sus principales promesas, antes de súbitamente separarse de su cargo, para lanzarse como “chapulín” en pos de una diputación federal.
VOTO DE CASTIGO
Los votantes vieron mal esta jugarreta y sin titubear aplicaron el voto de castigo, cortando de tajo las aspiraciones de Torres Llanes, pero también llevándose “entre las patas” al diputado Fernando “Chino” Zelaya Espinoza, que aunque trató de hacer una campaña de contacto ciudadano, se vio imposibilitado del triunfo por la molestia generalizada hacia la breve administración panista.
El descuido y la mala estrategia política de Torres Llanes tuvo un altísimo costo para el Frente, que se quedó sin esta diputación federal, pero principalmente sin este importante municipio, que hace dos años fue el que más apostó por este proyecto de cambio.
Con esta doble derrota a cuestas, Torres Llanes ahora deposita sus esperanzas en ser rescatado por el gobierno estatal que decepcionó, y obtener un lugar en el gabinete, pese a no merecerlo.