Al Estado de Quintana Roo nadie le cuenta cómo son problemas, qué es la inseguridad o cómo se siente el hartazgo social.
Al igual que en el resto del país, el Estado caribeño ha sido azotado por olas de violencia que aquejan día con día.
No obstante, el actual gobierno de Quintana Roo, encabezado por Carlos Joaquín González, ha decido replantear la estrategia en el combate a la inseguridad que hasta ahora se venía ejerciendo.
La Entidad Federativa se ha dado cuenta que, desde hace décadas, la visión sobre el crimen se ha atendido desde dos principales enfoques: el policíaco y el judicial. En ningún momento se ha contemplado un factor social, desde donde evidentemente se gestan las conductas violatorias y errantes.
Frente a titulares del Gabinete, Fiscalía, Corporaciones de Seguridad Pública, presidentes municipales, diputados y ciudadanía, Carlos Joaquín indicó que uno de los problemas centrales al enfrentar la inseguridad, es que no se concibe la importancia estratégica de la prevención de la violencia, el desorden y la delincuencia.
“Yo lo tengo muy claro”, dijo, “mientras estén mejor las condiciones de cohesión y desarrollo social de la comunidad, menos desigualdad y menor actividad delictiva se reportará”.
Nueva visión y atención
Quintana Roo le está diciendo adiós a las medidas punitivas sin primero atender las causas, por ello, presentó como estrategia central un Modelo de Prevención que estará a cargo del Gabinete Social y no, como venía sucediendo, del Gabinete de Seguridad y Gobierno.
El Modelo de Prevención Quintana Roo propone que además de proteger a las personas, es necesario que la política de prevención desarrolle capacidades individuales y comunitarias. Es decir, que se difunda a todos la cultura necesaria para evitar las conductas delincuenciales que se comenten por hambre o necesidad de protección.
Se trata pues, de generar hábitos saludables en el individuo, así como valores primordiales de tolerancia y respeto hacia el prójimo, y no sólo castigar con todo el rigor de la ley a las personas que finalmente resultan víctimas de su entorno.
A lo anterior se le denomina autorregulación individual y social; la primera le permite al propio ciudadano desarrollarse libremente con integridad, mientras que la segunda le ayuda a manifestarse en plenitud dentro de su comunidad, quien en conjunto define el rumbo de su destino.
Otras estrategias
Quintana Roo sabe perfecto que la inseguridad y la violencia no son resultado de un factor unilateral, por ello, además del Modelo de Prevención presentando, continúa trabajando en el mejoramiento y reforzamiento de otras estrategias que le han permitido salir avante.
Tal es el caso de la capacitación y evaluación constante de elementos policíacos, para que estos desempeñen su labor con rectitud, y con el equipo y armamento necesario para llevarlo a cabo.
Aunado a esto, se ha hecho un énfasis en la importancia de las tecnologías de la información, que le permitan a la ciudadanía estar más informados, y las autoridades mejor comunicados.
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No cabe duda que leyes más justas, herramientas útiles y una cultura de prevención, suena al caldo de cultivo perfecto para que nazcan sociedades libres de violencia y con una esperanza de vida mayor.