Chetumal.- El legado de Luis Torres Llanes todavía se deja sentir. No solo porque el personal del Ayuntamiento de Othón P. Blanco esté en paro, sino porque las pocas obras públicas realizadas se evidencian como una tomadura de pelo para la ciudadanía.
Tal es el caso de las guarniciones en el camellón de la avenida Ignacio Comonfort, justo a un costado del Centro de Convenciones, pintadas con pintura de agua, motivo por el que con la primera lluvia, esta mañana, comenzó a despintarse.
Como si fuera acuarela, el amarillo de la guarnición comenzó a escurrir y manchar la calle, muestra negligente de la simulación de la actual edil, María Luisa Alcérreca Manzanero, incapaz de costear la pintura de aceite, al haber heredado (y prolongado) la desastrosa gestión de Luis Torres Llanes.
Este “oso” ocurre pocos días del Segundo Informe de Gobierno, a pasos del lugar, lo que significa que a marchas forzadas tendrán que incurrir en el gasto doble de reparar el desastre.
Un gobierno de yerros
Las guarniciones deslavadas parecieran un símbolo de la administración actual, cuyas promesas y esperanzas también rápidamente fueron arrastradas por la lluvia de su incompetencia.
Ello, porque no sólo ocurre mientras los burócratas del municipio inician un paro de labores, sabedores de la virtual quiebra financiera en la Comuna, sino también mientras la ciudad cuenta apenas con una ambulancia, al faltar recursos para reparar los demás vehículos.
Chetumal también sufre rezago en la recolecta de basura, por tener varios de los camiones recolectores en el taller. En ambos casos, se había advertido con antelación al gobierno de Torres Llanes del riesgo que se corría al no adquirir unidades nuevas, pero lo ignoraron, cruzando los dedos para que la bomba de tiempo les tocara al gobierno siguiente y no al suyo.
No fue así; a pocas semanas de concluir el actual abreviado gobierno de Torres Llanes y Alcérreca Manzanero, el municipio prácticamente se “desfondó” y sus responsabilidades yacen tiradas sobre el pavimento, escurriendo en la lluvia.