Se ha dado a conocer que las cuentas bancarias de los implicados en el caso de tortura y agresiones contra la periodista residente en Quintana Roo, Lydia Cacho, serán congeladas. Esto afecta al exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres, así como a Kamel Nacif Borge, empresario textilero, lo mismo que a Adolfo Karam Beltrán, exsubsecretario de Seguridad Pública de Puebla durante el mandato del llamado “góber precioso”.
La medida será tomada por orden de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del Sistema de Administración Tributaria (SAT), instancia que dirige Santiago Nieto Castillo.
Se detalla que la solicitud fue presentada al sistema bancario en contra de estos tres personajes, considerados prófugos de la justicia por el delito de tortura, cometido contra la periodista Lydia Cacho en diciembre de 2005.
A su vez la UIF, presentará una denuncia por delitos fiscales y presunto lavado, ello es independiente de las órdenes de aprehensión vigentes que ya pesan contra estos tres personajes.
Mientras que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) pidió a las instituciones bancarias informar las cuentas y montos vinculados a dichos personajes.
En el caso de Marín Torres se sabe que es titular de cuentas en Banorte, HSBC, Seguros Comercial América, Mifel y Santander. También se solicitó congelar cuentas de miembros de su familia.
Sobre Kamel Nacif, “El rey de la mezclilla’, las autoridades solicitaron congelar las cuentas donde es titular, de su círculo familiar y de 12 empresas donde es representante legal o “tercero relacionado”. Y respecto al ex funcionario Adolfo Karam Beltrán, se sabe que tiene cuentas en BBVA, HSBC y Santander.
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Cabe recordar que la periodista Lydia Cacho fue detenida ilegalmente en Cancún, Quintana Roo, en diciembre de 2005 y trasladada a Puebla para enfrentar cargos que Nacif Borge interpuso por exhibir su participación en una red de pederastia en el libro “Los Demonios del Edén”.
También son de dominio público las grabaciones de conversaciones telefónicas en las que Kamel Nacif agradeció a Mario Marín, a quien llamó “mi góber precioso”, por detener a Cacho y a cambio le ofreció “dos botellas bellísimas de coñac”, que según detalló la propia periodista, era una forma de llamarle a las menores de edad que eran víctimas de trata. Hoy los tres implicados son buscados incluso por la Interpol.
Con información de Aristegui.