Rocío Martínez Preciado
Cómo desearía recordar ese 12 de Agosto en que yo llegué a la vida. Sentir ese cambio tan profundo de la tibieza del seno de mi madre.
Cantándole al mío, y después … cambiado por el ruido del quirófano, las palabras del doctor fue “niña”, y mi llanto afirmándolo, y la sonrisa la sonrisa de mi madre al tenerme entre sus brazos.
La alegria de papá por una nueva hija, entender la señal al respirar, que mi vida era ahora solo mía y de nadie más.
Comprender que esa frágil bebé, con sus ojos que lastimaba la luz, con sus manitas cerradas, apretando sus puños, como diciendo: lucharé por mi vida, lucharé por conservar la paz que tenía dentro del vientre de mi madre, cantaré y haré feliz a los que me escuchen como mi corazón cantaba junto al de mamá.
Muchas veces anhelamos y decimos “cómo desearía” cuando no existe el ayer, no existe el futuro, existe el hoy.
Desde el despertar y abrir nuestros ojos a un nuevo día, a una nueva luz, como cuando nacimos. Abramos nuestro regalo de vida y dibujemos nuestro día, y disfrutarlo como lo deseamos. ¡La vida es bella! aún con tropiezos, aún con tristezas, aún con problemas.
Pero un día comprenderemos que todo eso que lamentamos muchas veces, son lecciones para crecer y ser mejores personas.
Cuando sientas, tristeza, cuando sientas dolor ¡No temas! Es Dios que te está puliendo y Dios no pule vidrio ¡solo piedras preciosas! Cómo desearía tener a mi hijo de 8 años y poder abrazarlo, besarlo, jugar con él y aprender juntos, el de mí y yo de él.
Cómo desearía, mis ojos y los de él, darnos besos de mariposas, pestaña con pestaña y reírnos, como si fueran melodías de amor.
Muchas veces desearía vivir esos momentos, esos recuerdos de ausencia que duelen a mi alma.
Pero mi mente le explica a mi corazón que no se detenga, que esa historia de mi pasado, ahora es la que me hace el valorar mi presente.
Recuerdo un señor que me habló: señora, yo vendo chicles en la calle y deseo comprarle un bastón, a alguien que lo necesite.
¡Dios mío! pensé, un señor que vive con las ventas de sus chicles, que camina mucho día a día con su cajita en mano ofreciendolos, me dice que desea dar de él ¡a quien lo necesite! Qué lección para mí de vida, dar no lo que te sobra, sino compartir lo que tienes.
Él sí sabe vivir, no diciendo desearía en un futuro, sino haciendo un presente. Deseando el amor y la paz para otros.
Así yo en mi camino trato de entender las huellas que dejan mis pies al caminar, a veces, profundas, otras veces superficiales casi invisibles pero todas con el mismo fin, seguir un camino trazado por Dios para mí.
Una señora a quien su hijo de 7 años de edad enfermó de Sarcoma de Edwing, cáncer de hueso , tomó una cartulina, pidió a su niño se parara en ella y dibujó el contorno de sus pies, sacó el molde de la plantilla con mucho amor y en la habitación de su hijo, en lo más alto de las paredes dibujó las huellas de su hijo y le escribió un mensaje de amor que decía: No permitas que ¡nada ni nadie detenga tus pasos! Sigue adelante , Dios y yo te amamos.
Firmaron ese papel sus hermanos y papá, también ella, lo colgó en su recámara de su hijo bajo las huellas de sus pies.
El amor sana, el amor transforma, el amor libera, y el amor contagia.
Cuando a veces la tristeza quiere acompañarme, recuerdo esto que escribí:
Un cristo fabricado por la fragilidad, de un papel, o de madera, o quizá de cristal. Nunca sera frágil porque la imagen del ser más maravilloso y fuerte que ha existido en la Tierra, se llama Jesús, Jesús que sudó gotas de sangre , Jesús a quien clavaron espinas en su cabeza, Jesús que soportó el peso de una cruz, y todo por la ¡grandeza y su inmenso amor por nosotros!
Señor, cuando me siento frágil y pequeña ante los problemas y enfermedades, recuerdo siempre que la incomparable fuerza de tu amor me envuelve y protegerá por siempre ¡Te amo!
A ti que lees mis escritos te digo no digas, cómo desearia, di: ¡Lo haré porque me amo!
Bendiciones.
Rocio Martinez Preciado
Los Planes de Alonso
Presidenta
Correo: rociomartinezpreciado@hotmail.com
Cel. 4626058359
