Una monja francesa considerada la segunda persona viva, más anciana del mundo, superó el Covid-19, justo a un día de cumplir los 117 años.
Se trata de Lucile Randon, mejor conocida como la Hermana André y considerada la persona más longeva viva en Europa, quien se recuperó de COVID-19 justo a un día de cumplir los 117 años de vida.
Lucile nació en la localidad de Alés el 11 de febrero de 1904, y recientemente dio positivo a Covid-19 el pasado 16 de enero. Fue entonces cuando se le colocó en estricta cuarentena en el cuarto que ocupa en la residencia de adultos mayores de Sainte Catherine Labouré, situada en Toulon, en el sur de Francia.
“Ni siquiera me di cuenta de que estaba infectada”, aseguró la centenaria en declaraciones al periódico local Var Matin. E increíblemente unas semanas más tarde, la religiosa ya está recuperada.
El portavoz de la residencia explicó al que la Hermana André no tenía miedo del virus, aunque sí manifestó preocupación por la salud de los otros residentes.
“También le preocupaba si sus horarios de acostarse o de comer iban a cambiar por estar infectada”, agregó el portavoz.
Cabe señalar que la monja está considerada como la segunda persona viva verificada más anciana del mundo, apenas por detrás de la japonesa Kane Tanaka, quien nació el 2 de enero de 1903.