Cobá, Quintana Roo.-El artesano local Luis May, quien ha patentado el nombre ““ con la fórmula a base de añil que apredió en talleres yucatecos con artistas que son herederos de la técnica ancestral, fue llamado para participar en Londres en un simposio en torno a este tema.
El artesano Luis May, habitante de Cobá, Tulum, asistirá al Taller-Simposium Internacional “Azul Maya: pintando del pasado al presente” que tendrá lugar en The British Museum, en Londres Inglaterra, en septiembre del 2021, como informó hoy.
En su momento Luis May explicó a Quinta Fuerza que la “creación” de este azul maya, “es un logro para mí y la comunidad maya en general, ya que este pigmento se está quedando con nosotros. Es un pigmento que me ha costado llegar hasta él. Me pasé casi tres años hasta ahora. Las primeras investigaciones texturas, sabiduría de mayas abuelos y abuelas, que fue lo más complejo”.

Y es que, el pigmento que el artesano patentó como “Azul Maya Ch’oj” y ahora comercializa, fue aprendido en talleres de respetados artistas herederos de los conocimientos ancestrales mayas, en este caso del maestro Arbid Vásquez Fuentes.
Luis May incluso tomó un curso con un maestro que desde niño, perfeccionó técnicas magistrales de bruñido, como lo es el maestro Gaspar Ernesto Courtenay Dzib, un preservador de las técnicas de alfarería más antiguas como el esgrafiado maya de barro y además artífice de tinturas naturales capaces de resistir las altas temperaturas en el horno, que por supuesto son herencia de los abuelos mayas.
Según relató anteriormente a este medio Luis May, el azul maya que comercializa, “está basado en el color creado por los antiguos mayas, que tiene la característica de que es muy durable, resiste a la intemperie, los rayos UV, a los ácidos fuertes y concentrados, a la humedad, inclemencias del tiempo, se mantiene más de mil años hablamos ahora del azul maya de los murales de sitios como Chichen Itzá, Bonampak y otras zonas”.
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Aunque el color que aprendió Luis May del artista Arbid Vásquez Fuentes, ahora comercializada como “Azul Maya Ch’oj“, no es mineral como lo es el auténtico azul maya hallado en los milenarios murales, sino vegetal y no resiste altas temperaturas al hornos sin desvanecerse; sin embargo, la tintura tiene un tono que resulta un homenaje digno, al icónico color de los abuelos mayas.
Así es que ahora el artesano local Luis May, quien es destacado en tallado de madera y que ahora ha incursionado en la alfarería, irá a Europa a poner en alto su nombre y esperamos que también reconozca el legado que tomó de varios de los artífices mayas de Yucatán, quienes le enseñaron a través de clases y talleres.