Mundo.- Martha Trucker siempre soñó con usar un clásico vestido de novia el día de su matrimonio, pero no pudo hacerlo por ser una mujer afroamericana en los Estados Unidos de 1952.
Trucker como otras personas de su raza en Birmingham, Alabama, le impedían entrar a una tienda de novias por el color de su piel. Para aquel momento, tenía prohibido probarse el vestido de sus sueños, de color blanco bordado con encaje superior y mangas largas.
“Ni siquiera pensaba en comprar un vestido de novia porque sabía que no podía entrar a la tienda”, dice Trucker, quien ahora tiene 94 años.
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Trucker relata que para aquel momento no existían tiendas de novia para mujeres afroamericanas; mientras que los propietarios de raza blanca con tiendas minorista no permitían a las personas afro probarse la ropa.
“Si comprabas algo tenías que ir al sótano y conseguir cosas usadas”, cuenta.
Martha Trucker: la mujer que el racismo le impidió usar un vestido de novia
Para aquel momento en Brimingham, las leyes Jim Crow también prohibían que las personas afroamericanas fueran atendidas en restaurantes o trasladarse en el mismo vehículo que la gente blanca.
Asimismo, estaba prohibido que los afroamericanos jugarán juegos como las damas con personas blancas.
Trucker y su esposo se casaron en una ceremonia simple en la sala del pastor; pero no haber tenido una vestimenta tradicional es un recuerdo doloroso desde entonces.
Trucker cumplió su sueño casi 70 años después
Lucir aquel anhelado vestido de novia fue un sueño cumplido recientemente, luego que su familia la llevó a una tienda, donde recibió todo la atención que se merece, y que no tuvo de joven.
La idea surgió de su nieta, Angela Stroizer, de 46 años, luego de ver la película de 1988 “Un príncipe en Nueva York”.
En la escena de la boda, Trucker, quien tiene cuatro hijos, once nietos, 18 bisnietos y un tátara nieto, les hizo saber a su familia tal anhelo.
“Siempre he querido usar un vestido de novia. He estado esperando mucho tiempo desde que me casé”, dijo. Ante ir a la tienda, Strozier la llevó a almorzar y la llevó para arreglarse para que la maquillaran.
En el momento que llegaron a David’s Bridal, Trucker sintió como una futura novia radiante, dijo. “Estaba muy emocionada”, agregó.
Mary Adams, la estilista de novias, se tomó muy enserio el proceso de selección, aunque sabía que ella no iba a comprar el vestido.
“Cuando escuché su historia, todo se hizo más especial”, dijo Adams de 28 años. “Siendo una joven negra, sentí pena de que ella no pudiera la experiencia que cada joven espera: el día de su boda”.
Al salir de los vestidores dijo “Mi sueño se cumplió”, y sus lágrimas comenzaron.
“Pensé que lucía como una muñeca. Ella sonrió muy grande e hizo que mi corazón sonriera. Fue una experiencia que no tiene precio”, dijo su nieta.
Con información: La noticia
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