El mundo está lleno de paradojas y más entre las fronteras territoriales, como es el caso de la que comparte México y Estados Unidos. En pleno siglo XXI vemos imágenes propias de la Segunda Guerra Mundial, donde cientos de familias son encarceladas y separadas para finalmente someterse a un juicio.
Este recrudecimiento en el trato hacia los inmigrantes responde al fortalecimiento del plan de seguridad propuesto por el presidente Donald Trump, donde prácticamente está haciendo una limpieza racial en pro de no permitir ningún acto terrorista en su país.
Sin embargo, aunque estas políticas sí influyeron para que menos personas crucen la frontera, ahora están muriendo más, debido a que tienen que enfrentarse con terrenos más hostiles para no encontrarse con los policías y donde las olas de calor son su segundo peor enemigo.
En los últimos nueve meses, se han registrado al menos 48 muertes de migrantes relacionadas a las fuertes olas de calor que azotan la frontera. En el mismo periodo pero del 2017, se contabilizaron 31 muertes; esto representa el incremento de un 55% y se pronostica que aumentará durante el verano.
La necesidad es tan grande que los emigrantes son capaces de arriesgar aún más su vida con tal de llegar a aquel país, donde aún no saben si el sufrimiento seguirá o podrán darle la vuelta. En esta valentía, Donald Trump sólo puede ver amenazas terroristas.
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Independientemente de quién llegue al poder estas próximas elecciones en México, se espera que ambos países puedan definir ya un rumbo claro sobre las políticas migratorias y evitar así tanto sufrimiento que estamos viviendo.