El eclipse solar anular de este sábado 14 de octubre será un espectáculo inolvidable, pero debes tener precauciones para disfrutarlo sin dañar tu vista.
Observar el eclipse solar de manera directa y sin una protección adecuada puede ocasionar daños irreversibles en los ojos: puede quemar las retinas y provocar pérdida de la visión central.
Así que, antes de voltear al cielo a ver el eclipse, conoce los riesgos a tu vista que esto puede ocasionar y la manera de proteger tus ojos.
¿Cuáles son los riesgos de ver directo el eclipse solar? Experto de la UNAM lo explica
Los ojos son una lente y, por ello, mirar al Sol puede quemar nuestra retina tal y como haría una lupa al concentrar un haz de luz sobre la superficie de un papel, advierte el profesor David Lozano, de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La oscuridad parcial que se produce cuando ocurre un eclipse solar puede hacer que nos confiemos y dirijamos la mirada al cielo, pero ¡no caigas en la tentación!, esto puede dañar tus ojos.
“Aunque la Luna oculte al astro, a su alrededor se formará un halo por donde seguirá filtrándose la luz solar con la misma cantidad de rayos ultravioleta e infrarrojos de siempre, por lo que una breve exposición a ellos bastará para quemarnos la retina”, advierte el doctor Lozano en un artículo publicado en la página de la UNAM.
De acuerdo con el médico, si miramos directo al Sol, aunque sea por pocos segundos, la luz del astro se concentrará en el centro de nuestra mácula (una pequeña zona ubicada en el centro de la retina) y la quemará.
Eso dejará una cicatriz que derivará en pérdida de visión central, es decir, en nuestra capacidad de distinguir los detalles finos de aquello que tenemos enfrente, algo fundamental a la hora de reconocer rostros o de leer”, explica David Lozano.
Estos daños son irreversibles: “una vez llegado ese punto, los oftalmólogos tenemos poco o nada qué hacer”, señala el médico.
“¿Imaginas no apreciar con nitidez la cara de tus padres, hijos o hermanos? No realizar tus actividades diarias tal y como antes. Estas son algunas de las tantas cosas por las cuales deberíamos tener cuidado”, advierte el médico de la UNAM, David Lozano.
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Si miramos al Sol en condiciones normales nuestra reacción instintiva será achinar los ojos, lagrimear y apartar la vista, pero durante un eclipse las reglas cambian, pues cuando la Luna oculta al astro es mucho más sencillo clavar la mirada en el cielo sin pestañear, lo que le permite a la luz entrar en nuestros ojos y provocar una retinopatía solar.
