El liniero ofensivo de los Dallas Cowboys, Larry Allen, de 52 años, murió repentinamente este lunes 4 de mayo mientras estaba de vacaciones en México con su familia.
Allen, ganador del Super Bowl y miembro del Salón de la Fama del Futbol Americano, fue “posiblemente uno de los mejores jugadores en la historia de los Cowboys y quizás el mejor liniero ofensivo en la historia de la NFL”, dijo el equipo en un comunicado.
“Su versatilidad y confiabilidad también fueron partes distintivas de su carrera. A través de eso, continuó sirviendo de inspiración para muchos otros jugadores que definieron lo que significaba ser un gran compañero de equipo, competidor y ganador”, agregó.
Allen fue seleccionado en la segunda ronda por los Cowboys en 1994 y pasó 12 temporadas en Texas antes de unirse a los 49ers de San Francisco para sus dos últimas temporadas.
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Su trayectoria fue aún más impresionante considerando que casi muere de meningitis cuando tenía solo seis semanas de edad y sobrevivió a 12 puñaladas en la cabeza y el hombro mientras protegía a su hermano cuando tenía nueve años.
Con información de AP