Lucy Woodhouse, una enfermera de 43 años y madre de tres hijos de Hereford, Reino Unido, vivió una experiencia desconcertante durante una reunión de trabajo. En ese momento, creyó que sus colegas estaban hablando en un idioma diferente. Sin embargo, este extraño episodio marcó el inicio de una serie de descubrimientos médicos que cambiarían su vida para siempre.
En diciembre de 2023, Lucy comenzó a experimentar fuertes dolores de cabeza, que ella describía como similares a resacas. Además, durante otra reunión de trabajo, se sintió atrapada al pensar que sus compañeros hablaban en un idioma distinto al suyo. “Estaba sentada en una reunión de alto nivel en el trabajo y sentí que no entendía nada de lo que decían; normalmente estoy bastante concentrada, pero bien podrían haber estado hablando en chino”, reveló Lucy.
No fue hasta febrero de 2024 que Lucy se dio cuenta de la gravedad de su condición. Incapaz de entender lo que decían sus colegas, supo que algo andaba terriblemente mal. “Me sentía como si hubiera bebido seis botellas de vino”, recordó Lucy sobre los dolores de cabeza incapacitantes que experimentaba. Finalmente, acudió al médico tras un dolor de cabeza particularmente severo durante una visita a Londres.
Los resultados de una tomografía computarizada revelaron la presencia de un meningioma, un tipo de tumor cerebral generalmente no canceroso pero que puede causar serios problemas de salud.
Lucy fue remitida al Hospital Universitario de Gales en Cardiff, donde los especialistas inicialmente adoptaron una actitud de “observar y esperar”. Sin embargo, Lucy buscó una segunda opinión de un neurocirujano privado en Londres, quien recomendó una cirugía inmediata. En mayo de 2024, Lucy se sometió a una operación mayor para extirpar el tumor, que estaba creciendo peligrosamente cerca de su nervio óptico.
Aunque Lucy todavía experimenta algunos problemas de memoria, su recuperación ha sido buena. Ahora luce una cicatriz y algunas calvas, pero está agradecida por haber recibido el tratamiento adecuado a tiempo. “Ahora tengo una cicatriz, pero estoy muy bien”, dijo. “Una de las cosas más difíciles fue decírselo a los niños; fue realmente difícil”.
Tal vez te gustaría leer: VIDEO: Enfermera rompe en llanto al escuchar las últimas palabras de su paciente
Lucy aconseja a las personas que experimentan dolores de cabeza persistentes o cualquier otro síntoma preocupante que consulten a un médico y se realicen exámenes de la vista, ya que los ópticos pueden detectar signos de tumores cerebrales.
Espero que esta versión resuma adecuadamente la historia de Lucy Woodhouse y proporcione información relevante sobre su experiencia. Si necesitas más detalles o ajustes, no dudes en decírmelo.
Con información de Milenio
