Los fumadores de Milán y los más de ocho millones de turistas que recibe anualmente la segunda ciudad más grande de Italia, tendrán que pensar dos veces antes de encender un cigarrillo en público a partir del primer día del nuevo año; de lo contrario, serán multados.
No es una decisión improvisada, es forma parte de un plan que se puso en marcha en 2020 para reducir los alarmantes niveles de contaminación, y con los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 en el horizonte, Milán se quiere presentar como modelo de sostenibilidad.
El 1 de enero entró en vigor el decreto para la calidad del aire, que prohíbe fumar en todos los espacios públicos, incluso en las calles. La medida es cuestionada por un grupo que considera que limita las libertades; otros están a favor porque “el tabaco es insalubre”.
La urbe italiana puso enmarcha la prohibición más estricta contra el tabaquismo al aire libre. No es sólo en parques o zonas de juego infantiles: ahora está vetado fumar en las calles
más transitadas, si no hay al menos 10 metros de distancia con otras personas.
Es la medida más llamativa que el ayuntamiento milanés ha puesto en marcha como parte de normas aprobadas en 2020 para mejorar la calidad del aire de la urbe, y que han ido entrando poco a poco en vigor a lo largo del tiempo.
El decreto se enmarca en el Plan Aire-Clima, un documento que pretende reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para el año 2050.
Legislación
A partir del 1 de enero de 2025, la prohibición de fumar se extiende a todas las zonas públicas o de uso público, incluidas las zonas viales, excepto en lugares aislados donde sea posible respetar la distancia de al menos 10 metros de otras personas”, reza el texto.
La multa supone un pago de entre 40 y 240 euros (840 y cinco mil 183 pesos). Esa legislación también incluye áreas destinadas a juegos infantiles, actividades deportivas o recreativas; en las paradas del transporte público, incluidas las de taxis.
En la legislación también están incluidos cementerios, zonas para perros e instalaciones deportivas de cualquier tipo, incluidas las zonas destinadas al público, como las gradas.
En Milán, capital de la alta costura y las finanzas, según “el decreto para la calidad del aire”
adoptado en 2020, “a partir del 1 de enero de 2025, la prohibición de fumar se amplía
a todos los espacios públicos, inclusive las calles”.
Una prohibición que no alegra a Morgan Ishak, fumador interrogado por la AFPTV: “La nueva ley es excesiva”, dice el plomero de 46 años: “Estoy de acuerdo en no fumar en el interior, o cerca de una persona mayor o un niño, pero eso limita la libertad individual”.
Por el contrario, Stellina Maria Rita Lombardo, milanesa de 56 años que trabaja en un liceo, se mostró “totalmente de acuerdo”. Ella, que no fuma, considera que hacerlo “crea mucha contaminación, en una época en la que se sufre mucho por el cambio climático”.
La normativa, que no incluye cigarrillos electrónicos, sólo tolera una excepción: “Lugares aislados donde sea posible respetar al menos 10 metros respecto a otras personas”, pero en una ciudad tan densa y poblada como Milán, es difícil, salvo en plena noche.
Milán no está sola en la cruzada: Turín ya aplicó una medida similar, aunque más estricta: prohíbe fumar a menos de cinco metros. Eso sí, las multas son más suaves, con un máximo de 100 euros (dos mil 125 pesos), pero también incluye a los cigarrillos electrónicos.
