La costumbre de consumir agua con gas como una opción refrescante y saludable terminó en tragedia para un hombre en Vigo, España. Pablo, la víctima, había pedido una botella de agua con gas en un establecimiento de la ciudad gallega. Lo que parecía una bebida inofensiva se convirtió en el inicio de una pesadilla que, hasta el día de hoy, lo mantiene hospitalizado.
El agua con gas, famosa por su burbujeo natural o artificial, suele ser elegida por sus propiedades digestivas y su bajo contenido calórico frente a otras opciones. Sin embargo, el caso de Pablo pone sobre la mesa un riesgo poco conocido, derivado de un posible incidente aislado o de una contaminación inesperada.
El agua con gas desencadenó la emergencia médica
Todo ocurrió de forma repentina. El camarero sirvió el agua con gas, hielo y unas rodajas de limón. Pablo, confiado en recibir un producto habitual, dio un primer sorbo. En ese instante, un intenso ardor en la boca lo obligó a detenerse de inmediato.
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Al observar el vaso más detenidamente, notó un tono amarillento en el líquido, algo completamente anormal. Intentando aliviar el malestar, fue al baño y bebió agua del grifo. Sin embargo, los síntomas no solo persistieron, sino que empeoraron, por lo que pidió ayuda urgente a sus acompañantes. Lo que parecía una simple irritación terminó convirtiéndose en una seria amenaza para su salud.
Un diagnóstico alarmante tras las primeras pruebas
Tras ser atendido en un Punto de Atención Continuada, Pablo fue trasladado a un hospital en Vigo. Allí, los médicos realizaron una gastroscopia que confirmó los peores temores: su estómago presentaba quemaduras severas y se detectaron también lesiones importantes en el esófago, lo que hoy le impide alimentarse por vía oral.
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Desde hace dos semanas permanece ingresado bajo un estricto control médico. Mientras tanto, la Policía ha abierto una investigación para determinar qué sustancias había en esa bebida que causaron daños tan graves. La prioridad es esclarecer el origen del incidente y evitar nuevas tragedias.
Investigación abierta para esclarecer responsabilidades
Las autoridades trabajan a contrarreloj para identificar el origen de la sustancia que contaminó el agua con gas. Se están analizando tanto la botella como las condiciones de manipulación en el local donde fue servida, mientras familiares y amigos de Pablo esperan respuestas que ayuden a entender cómo pudo ocurrir algo así.
Este dramático episodio pone en evidencia la necesidad de extremar los controles de calidad en productos de consumo diario. Un gesto tan simple como pedir un vaso de agua con gas terminó dejando una grave secuela y abre un debate sobre los riesgos ocultos en situaciones que consideramos cotidianas.
Con información de La Vanguardia.