En Monterrey, Nuevo León, un simple error bancario se convirtió en un fenómeno viral que expuso las tensiones entre ética, redes sociales y responsabilidad civil. Jessica, una joven regiomontana, recibió por accidente una transferencia de 35 mil pesos realizada por Alexa Herrera, quien trabaja como empleada. Lo que pudo haberse solucionado en privado, terminó en una tormenta digital.
Alexa, al percatarse de la transferencia de 35 mil pesos hecha por error, intentó contactar a la receptora del dinero para pedirle que lo regresara. “Le hablé como mujer, como mamá, creyendo que podría entender mi situación, pero no fue así”, relató en una publicación. Ante la negativa y el silencio de Jessica, Alexa decidió compartir públicamente su experiencia, esperando que la presión social ayudara a recuperar sus fondos.
La joven que transfirió por error 35 mil pesos exhibió a la mujer que se negaba a regresarlos
La historia rápidamente atrajo la atención en plataformas como TikTok y Facebook. Usuarios rastrearon la identidad de Jessica y comenzaron a difundir información personal, exigiendo justicia y la devolución del dinero. En mensajes filtrados, Jessica respondió de forma desafiante: “No tengo miedo, seguiré ganando seguidores. Que se atengan a las consecuencias por subir datos confidenciales”.
Incluso después de varias conversaciones, Jessica se mostró reticente a resolver el problema. Alexa ofreció permitirle quedarse con 15 mil pesos si al menos devolvía el resto, pero no obtuvo respuesta favorable. La situación escaló y durante varios días la comunidad digital no cesó en sus reclamos.
La presión de redes sociales ayudó a que el dinero fuera devuelto
Finalmente, tras días de presión intensa, Jessica accedió a devolver la totalidad del dinero, aunque bajo una condición clara: que Alexa eliminara toda publicación relacionada con el caso. Alexa aceptó la solicitud y lo comunicó en sus redes sociales. “Ya depositó el dinero, y me pidió que se borre absolutamente todo sobre ella. Les pido que me ayuden a borrar el contenido“, expresó.
La noticia fue recibida con alivio por los seguidores del caso, aunque también generó reflexiones sobre los métodos empleados para conseguir justicia. Mientras muchos celebraron la recuperación de los 35 mil pesos transferidos por error, otros advirtieron sobre los riesgos del linchamiento digital y la difusión de datos personales.
También puede interesarte: Video: Jóvenes suben a la cima del Cerro Agujerado y preparan la carnita asada, en Nuevo León
Este incidente dejó al descubierto el impacto que puede tener una comunidad digital movilizada. En ausencia de respuestas efectivas por parte del sistema bancario o autoridades, los usuarios de redes se convirtieron en una especie de tribunal público. El caso dejó una enseñanza clara: aunque las plataformas sociales pueden ser herramientas poderosas para hacer justicia, también deben usarse con responsabilidad.
Alexa cerró el capítulo agradeciendo el respaldo de quienes compartieron su historia. “Gracias a todos los que me ayudaron, sin ustedes no lo habría logrado”, escribió. El caso concluyó con un final justo, pero dejó huellas en la conversación pública sobre la ética digital.
Con información de Infobae y Milenio