La industria del entretenimiento recibe un duro golpe luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara que su gobierno impondrá un arancel del 100 por ciento a todas las producciones cinematográficas realizadas fuera del país y exhibidas en territorio estadounidense.
La medida fue justificada por Trump como una respuesta a los incentivos que otorgan otros países para atraer inversiones de cineastas y estudios. Según el mandatario, se trata de una amenaza directa a la seguridad nacional y a la industria audiovisual estadounidense, particularmente a la de Hollywood.
“Otros países ofrecen todo tipo de estímulos para alejar a nuestros cineastas y estudios de Estados Unidos. Se trata de un esfuerzo conjunto de naciones extranjeras y, por tanto, de una amenaza a la seguridad nacional. ¡Queremos cine hecho en Estados Unidos, otra vez!”, escribió Donald Trump en Truth Social. También aseguró que ha instruido al Departamento de Comercio para aplicar la nueva tarifa de inmediato.
El impacto del anuncio no tardó en sentirse en los mercados financieros. Al iniciar la jornada bursátil de este lunes 5 de mayo, las acciones de las principales compañías de entretenimiento y streaming cayeron de forma significativa en Wall Street.
Por ejemplo; Netflix registró una caída del 3.10 por ciento, Warner Bros Discovery bajó un 3.34 por ciento y Walt Disney perdió un 1.32 por ciento. Estas empresas son particularmente vulnerables a la medida, ya que muchas de sus producciones originales se filman fuera de Estados Unidos por motivos creativos, de costos o infraestructura.
Analistas del sector advierten que los aranceles podrían traducirse en mayores gastos de distribución, menor rentabilidad y un reajuste en las estrategias de producción internacional de estas plataformas, que dependen del contenido global para mantener su competitividad.
Además, surgen interrogantes sobre cómo se aplicará esta medida a los catálogos existentes en plataformas de streaming, donde miles de títulos fueron producidos en el extranjero y ya están disponibles para el público estadounidense.
El anuncio también ocurre en medio de una crisis en la producción audiovisual en Los Ángeles, donde organizaciones como FilmLA reportó una caída del 22 por ciento en los rodajes locales durante el primer trimestre de 2025, mientras que la producción de series y largometrajes se redujo más de un 28 por ciento.
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Por su parte, el republicano ha utilizado este argumento para reforzar su discurso de protección a la industria nacional, al asegurar que Estados Unidos debe recuperar su lugar como centro global del cine. “La industria cinematográfica estadounidense está muriendo rápidamente”, advirtió.
Hasta el momento, ni Netflix, Disney ni Warner Bros han emitido comunicados oficiales sobre cómo responderán a esta política comercial, aunque se espera que presionen por una negociación más favorable o busquen adaptar su producción a los nuevos lineamientos.
Con información de Wired y El Imparcial.