Aunque parezca imposible, la atmósfera terrestre rica en oxígeno no será eterna. Así lo ha reveleado un reciente estudio científico que advierte que el aire que respiramos y que permite la vida compleja en nuestro planeta, desaparecerá mucho antes d elo que se había estimado anteriormente.
Esta transformación devolvería a la Tierra a un estado similar al que tenía hace miles de millones de años, cuando no existía vida en él.
La investigación, publicada en Nature Geoscience, fue realizada por un grupo de científicos de Japón y Estados Unidos. Tras realizar más de 400 mil simulaciones sobre la evolución futura del planeta, concluyeron que dentro de aproximadamente mil 80 millones de años los niveles de oxígeno comenzarán a caer de forma abrupta.
Este escenario contradice modelos anteriores que indicaban que la biosfera desaparecería dentro de dos mil millones de años, cuando el Sol provocara la evaporación de los océanos. El nuevo análisis sugiere que el verdadero fin de la atmósfera oxigenada será mucho más temprano y se deberá a un fenómeno distinto: la desoxigenación acelerada.
A medida que el Sol envejezca y emita más radiación, esto alterará los ciclos químicos de la Tierra, especialmente el de carbonatos y silicatos. Como consecuencia, disminuirá el dióxido de carbono en la atmósfera, afectando directamente a las plantas y organismos fotosintéticos, principales responsables de generar oxígeno.
Sin estos organismos, los niveles de oxígeno caerán drásticamente, y la vida compleja dejará de ser viable. En ese entorno, solo algunas bacterias y microorganismos que no dependen del oxígeno podrían continuar existiendo, en una atmósfera dominada por metano y sin la capa de ozono que hoy protege a la Tierra de la radiación solar.
El estudio estima que este proceso comenzaría dentro de poco más de mil millones de años, aunque existe un margen de error de unos 140 millones. Si bien esto no representa una amenaza directa para los seres humanos, tiene implicaciones clave para la ciencia planetaria y la búsqueda de vida en otros mundos.
Uno de los puntos más destacados del informe es que una atmósfera rica en oxígeno no es una condición permanente, ni siquiera en los planetas habitables. Esto obliga a reconsiderar cómo se interpreta la presencia o ausencia de oxígeno en planetas fuera del sistema solar.
De hecho, los científicos subrayaron que la Tierra ha tenido una atmósfera oxigenada durante apenas entre el 20 y el 30 por ciento de su historia. Esto implica que otros exoplanetas similares al nuestro podrían estar en fases evolutivas sin oxígeno, sin que eso signifique que carezcan de vida.
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Cabe mencionar que, la investigación fue respaldada por la NASA a través del programa Nexus for Exoplanet System Science, y sugiere que los indicadores biológicos que usamos hoy para buscar vida extraterrestre deben ampliarse más allá del oxígeno y el ozono.
Comprender el destino atmosférico de la Tierra no solo nos revela más sobre nuestro propio planeta, sino que también redefine los criterios con los que exploramos el universo en busca de señales de vida.
Con información de Debate.