En el manantial subterráneo de Los Chorros, cercano a la ciudad de Saltillo, Coahuila, un grupo de científicos de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) encontró algo increíble: un micro caracol de agua dulce tan pequeño que apenas supera un milímetro.
El micro caracol de agua dulce medía exactamente 0.7 milímetros, lo cual equivale a ver un grano de arena y pensar que tiene vida. Este molusco fue catalogado como una nueva especie y un nuevo género, llamado Microphreatus saltillensis.
El nombre significa “micro” por su tamaño, “phreatus” por su hábitat subterráneo, y “saltillensis” por su lugar de origen. Más de 80 ejemplares de micro caracoles de agua dulce fueron recolectados durante la investigación.
ADAPTADO A UN MUNDO SIN LUZ NI ESPACIO
Este micro caracol de agua dulce vive entre granos de arena en sedimentos saturados de agua subterránea; un lugar donde la luz no llega jamás. Como resultado, Microphreatus saltillensis es completamente transparente, carece de pigmentación y no posee ojos.
Según el doctor Alexander Czaja, líder del equipo, estas no son características accidentales, sino adaptaciones evolutivas extremas que le permiten desplazarse y sobrevivir en un ecosistema hostil y restringido. Su cuerpo ultracompacto es perfecto para moverse entre partículas diminutas donde organismos más grandes no tendrían posibilidad.
LA IMPORTANCIA DE LO DIMINUTO
A pesar de su tamaño imperceptible, Microphreatus saltillensis tiene un valor ecológico gigantesco. Puede parecer poca cosa, pero estos invertebrados son parte integral de la red subterránea y contribuyen al equilibrio ecológico en entornos que prácticamente ignoramos. Su descubrimiento resalta lo poco que conocemos sobre la biodiversidad oculta y lo urgente que es investigar y proteger estos microhábitats.
COAHUILA, TIERRA DE ESPECIES ÚNICAS
Coahuila no se limita a este micro caracol de agua dulce. La región es un auténtico hábitat paleontológico y biológico. En la formación geológica Cerro del Pueblo se han descubierto dinosaurios que llaman la atención mundial.
El Coahuilasaurus lipani, un hadrosaurio de ocho metros, y el insólito Mexidracon longimanus, un dinosaurio con extremidades alargadas tipo avestruz, demuestran que México alberga una fauna prehistórica muy distinta a la de Estados Unidos o Canadá. Ambos hallazgos resaltan el alto grado de ejemplares endémicos en el norte del país.
¡Y las maravillas actuales tampoco se quedan atrás! En el desierto de Cuatro Ciénegas vive la tortuga de caja de Coahuila (Terrapene coahuila), una especie acuática endémica, considerada amenazada y adaptada a lagunas someras y vegetación acuática.
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En zonas áridas del norte, la tortuga del desierto de Tamaulipas (Gopherus berlandieri) también enfrenta riesgos por pérdida de hábitat y tráfico ilegal.
Más al sur, en la Sierra de Zapalinamé cerca de Saltillo, se encuentran especies como la carpita de Saltillo (Gila modesta) en peligro de extinción; y aves impresionantes como el águila real y la guacamaya enana, que reflejan la riqueza de la fauna local.