Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México, se distingue por su rica historia y su gran vida cultural. Pero, además, cerca de esta urbe existen muchos pueblos de enorme belleza y peculiaridades sin igual.
Un ejemplo de ellos, es la cuna del tequila, bebida conocida en todo el mundo que ha puesto en alto el nombre de México y el otro, donde nació un dicho para las personas muy delicadas o de carácter sensible: “Pareces jarrito de Tlaquepaque” ¿Lo habías escuchado?
Comencemos por Guadalajara. Fundada en 1542, su centro histórico conserva joyas arquitectónicas como el Centro Cultural Cabañas, Patrimonio de la Humanidad, famoso por los murales de José Clemente Orozco; la Catedral de Guadalajara, con su mezcla de estilos renacentista y barroco.
También incluye la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, donde descansan personajes emblemáticos del estado; el Teatro Degollado, reconocido por su acústica y belleza neoclásica; y el Palacio de Gobierno, con murales que narran episodios históricos de México. Pasear por estas calles es sumergirse en la memoria viva de la ciudad.
La experiencia gastronómica también es imprescindible. Restaurantes como Karnes Garibaldi en la zona de Mariano Otero ofrecen las icónicas “carnes al estilo Guadalajara” y un ambiente lleno de tradición.
Para hospedarse, los hoteles Ramada Encore by Wyndham y Microtel Inn & Suites by Wyndham Guadalajara Sur, son accesibles y combinan comodidad, diseño moderno y excelente ubicación, ideales para descansar entre recorridos culturales y para viajeros de todas las edades.
Paisajes de agave
Tu aventura puede trasladarse al Pueblo de Tequila, a solo 60 kilómetros de Guadalajara. Este destino, cuna de la bebida mexicana más internacional, es famoso por sus campos de agave azul que rodean el paisaje.
Una de las experiencias más auténticas es recorrerlo en el Tequila Express, un tren turístico que conecta Guadalajara con Tequila mientras ofrece música, gastronomía y catas a bordo.
En Casa Sauza, una de las opciones para conocer, los visitantes descubren la historia centenaria de la destilería, participan en catas y disfrutan de la comida típica en la Hacienda Sauza.
Los visitantes pueden explorar tiendas artesanales y admirar la arquitectura colonial de las calles empedradas de este pueblo con su tradicional plaza central, además de aprender sobre los procesos de producción de tequila que lo hacen famoso a nivel mundial.
Increíbles artesanías jaliscienses
Tlaquepaque, es un pintoresco pueblo que ha conservado la esencia de la artesanía jalisciense.
Sus calles peatonales y el Andador Independencia están llenas de talleres de cerámica, galerías de arte y tiendas de vidrio soplado y barro. Te faltará espacio en la maleta para llevarte todas las hermosas piezas que te enamoren en el camino.
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Tlaquepaque también es conocido por sus festivales de mariachi y su gastronomía tradicional. Comer en Casa Luna, un restaurante que combina recetas tradicionales con un toque contemporáneo, ofrece el cierre perfecto de un viaje que mezcla cultura, historia y sabores locales.
Este itinerario invita a los quintanarroenses a descubrir Jalisco en tres días de historia, tequila, arte y tradición, recorriendo lugares que reflejan la identidad viva de la región y dejando recuerdos inolvidables de la capital tapatía y sus alrededores.