La incertidumbre económica sigue acechando en la actualidad, por lo que la pregunta de cómo proteger nuestros ahorros sigue estando presente, y quizá ahora con más fuerza que nunca.
Lo cierto es que no se trata de una interrogante reciente, ya que, por ejemplo, durante siglos, la respuesta para muchos fue el oro, un refugio de valor tangible y confiable que ha sobrevivido a imperios, guerras y crisis financieras. Sin embargo, en la era digital, el Bitcoin ha surgido un contendiente inesperado.
El bitcoin a menudo es llamado oro digital, y sin duda es una etiqueta que ha generado fascinación en muchos, pero al mismo tiempo, escepticismo en otros. El problema está en que la mayoría se fija únicamente en las fluctuaciones diarias del precio bitcoin hoy para decidir si es un buen momento para comprar, pero su verdadera propuesta de valor podría ser mucho más profunda y parecerse a la del activo de reserva más antiguo de la humanidad.
Es por ello que, para descubrir si Bitcoin puede ser considerado un método de ahorro viable, es necesario ir más allá de su precio.
Las propiedades que acercan al Bitcoin y al oro
Evidentemente, un código informático y un lingote de metal son completamente diferentes, pero esto es solo a primera vista. Los defensores del Bitcoin han argumentado desde hace un tiempo que este comparte ciertas características que lo hacen ser un buen depósito de valor.
Entre ellas, probablemente la escasez sea la más relevante. El oro es valioso porque es difícil de encontrar y extraer de la tierra, y mientras pasa el tiempo, se dificulta más, lo que hace que su oferta aumente lentamente con el pasar de los años. Mientras tanto, el Bitcoin lleva esta idea a un nivel de certeza matemática, ya que su propio código establece que solo existirán 21 millones de monedas, ni una más. Esta escasez programada e inalterable es su principal atractivo como posible cobertura contra la devaluación de las monedas tradicionales.
El oro es un metal que no se corroe, y esto ha sido una de las características que le ha permitido durar miles de años. Y es precisamente por ello que la durabilidad es un factor interesante desde el punto de vista del ahorro. Bitcoin, al ser puramente digital, existe en una red descentralizada de miles de ordenadores en todo el mundo, lo que quiere decir que mientras internet exista, la red de Bitcoin puede seguir funcionando.
Y por supuesto, también está el hecho de que ambos son elementos divisibles, ya que así como un lingote de oro puede fraccionarse en piezas pequeñas, un Bitcoin se puede dividir hasta en 100 millones de unidades más pequeñas, lo que permite realizar transacciones de cualquier tamaño.
Sin embargo, el factor más determinante y donde el Bitcoin muestra una ventaja abrumadora es en la portabilidad. Puesto que mover una pila de oro requiere de un proceso logístico costoso y complejo, pero, por el contrario, puedes transferir millones de dólares en Bitcoin a cualquier parte del mundo en cuestión de minutos.
Las diferencias clave que definen su naturaleza
No hay dudas de que el Bitcoin y el oro comparten algunas similitudes, pero sus diferencias son igualmente importantes.
El oro ha sido aceptado como moneda y depósito de valor durante más de 5,000 años, por lo que su valor está arraigado profundamente en la cultura y la psicología humana. El Bitcoin apenas tiene algunas décadas existiendo, por lo que adoptarlo como activo de reserva estaría aún en una fase muy temprana (aunque esto incluso podría resultar beneficioso).
Por otro lado, la volatilidad es un factor que puede ahuyentar a posibles ahorradores, y es que, de hecho, esta moneda es conocida por sus drásticas fluctuaciones. Por el contrario, el oro ha mantenido una relativa estabilidad durante el tiempo.
Y por último, el oro es un activo físico que se puede tocar, guardar en una caja fuerte, usarlo como joyería, etc. Mientras tanto, el bitcoin es información, reside únicamente en la web y su valor es producto de su código y de la confianza que la gente deposita en sus propiedades matemáticas. Y sin duda, esta es una barrera psicológica que limita a muchos y atrae a otros.
¿Vale la pena el Bitcoin como método de ahorro?
Lo cierto es que no existe una respuesta única, ya que no se trata de si uno es mejor que el otro, sino de entender que son dos activos fundamentalmente diferentes.
De esta forma, sí podemos determinar que el oro ofrece estabilidad probada por la historia, mientras que Bitcoin presenta una propuesta de valor moderna basada en la certeza matemática y la soberanía digital, pero con un historial corto y una alta volatilidad.
Por lo tanto, la decisión de incluirlo en una estrategia de ahorro depende del horizonte temporal de cada persona, de su tolerancia al riesgo y, sobre todo, de su convicción en el potencial de esta nueva tecnología.
