El Refugio Franciscano, ubicado en la alcaldía Cuajimalpa de la CDMX, enfrenta una de sus peores crisis tras un operativo de desalojo que dejó dentro del predio a más de mil 100 perros y 40 gatos rescatados del maltrato y el abandono.
La acción, ejecutada durante la madrugada de este jueves por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, impidió el acceso al personal del refugio, lo que ha encendido las alarmas sobre la condición actual de los animales.
Ginna Rivara Reyes, directora del Refugio Franciscano A.C., denunció que los policías forzaron y golpearon la puerta principal hasta abrirla, dejando fuera al equipo que diariamente se encarga de la alimentación y limpieza de los animales.
Señaló que, al no permitirles la entrada, los perros y gatos corren el riesgo de sufrir hambre, estrés y posibles peleas entre ellos debido a la tensión y la falta de atención.
La activista recordó que el refugio está por cumplir 50 años de labor ininterrumpida en la protección animal y afirmó que la medida fue promovida por la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama, con el aval del Juzgado Sexagésimo de lo Civil de la CDMX.
Aseguró que un traslado improvisado de tantos animales puede provocar hacinamiento, problemas de salud e incluso la muerte de algunos de ellos si no se lleva a cabo con planeación y supervisión adecuada.
Ante este escenario, el Refugio Franciscano hizo un llamado urgente a la sociedad civil y a organizaciones protectoras de animales para formar una cadena humana este viernes a partir de las 10 de la mañana.
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El objetivo es visibilizar lo que califican como una acción ilegítima y arbitraria, además de exigir que se permita al personal ingresar para alimentar, limpiar y brindar contención a los animales, así como que estos puedan ver a las personas que los han cuidado durante años.
Por otro lado, tras una disputa legal de dos años, un Juzgado Civil resolvió la recuperación del predio a favor de la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama IAP, la parte demandante en el proceso.
La resolución establece que los animales que permanezcan en el inmueble quedarán bajo el resguardo de dicha fundación, con supervisión de autoridades del Gobierno de la CDMX, apoyados por un equipo de trabajadores, personal de limpieza y doce médicos veterinarios, con la promesa de brindarles cuidado, rehabilitación y buscar para ellos una adopción responsable y amorosa.
Con información de Excélsior.
