Las posadas son una de las celebraciones más esperadas en México, formando parte del conocido Maratón Guadalupe-Reyes, en especial por los aguinaldos.
Durante estos peregrinajes y festividades decembrinas, los aguinaldos se han convertido en uno de los elementos más destacados, ofreciendo pequeños obsequios que van desde dulces hasta frutas de temporada.
En estas fechas, regalar un aguinaldo es más que una tradición; es un símbolo de unión, alegría y cultura.
El concepto de aguinaldo está directamente vinculado con la prestación de ley que los trabajadores mexicanos deben recibir antes del 20 de diciembre. Sin embargo, su origen se remonta mucho antes de las leyes laborales actuales.
Según la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Prodefet), esta costumbre tiene raíces en civilizaciones antiguas, como la celta, donde se conocía como “eguinad”.
Para ellos, el obsequio de año nuevo se consideraba una manera de atraer buenos augurios para el ciclo venidero.
De manera similar, en la antigua Roma existía la tradición de “strenae”, un intercambio de regalos que se realizaba el 1 de enero en honor a Strenia, diosa de la buena salud y la suerte.
De esta práctica latina proviene la palabra “estrena”, que aún se utiliza para referirse al acto de usar algo por primera vez o dar un obsequio para celebrar un acontecimiento importante.
Con el paso de los siglos y la llegada del cristianismo, la costumbre evolucionó. Lo que antes eran ofrendas a gobernantes se convirtió en actos de caridad medieval, donde los trabajadores más pobres pedían apoyo de puerta en puerta.
En México, el aguinaldo adoptó un fuerte componente religioso y cultural tras la Conquista. Según el historiador Rafael Sánchez Domingo, en 1587 el superior del convento de San Agustín de Acolman obtuvo permiso del Papa para celebrar las “misas de aguinaldo” del 16 al 24 de diciembre.
Estas celebraciones dieron origen a las posadas, en las que se entregaban paquetes con dulces y alimentos a los fieles. Esta tradición perdura hoy en la forma de los aguinaldos navideños, que continúan llevando alegría y sabor a las festividades.
Los aguinaldos modernos pueden incluir desde colaciones, cacahuates y frutas de temporada como tejocote, caña, jícama o mandarina, hasta pequeños juguetes y galletas de animalitos.
La presentación también varía: se entregan en bolsitas de celofán o incluso en fieltro, pero el objetivo sigue siendo el mismo: compartir un detalle que refuerce la alegría y unión de la temporada navideña.
También te podría interesar: Sigue el trayecto de Papá Noel por el mundo con Google Santa Tracker
Así, los aguinaldos representan una tradición que combina historia, religión y cultura popular, recordando a los mexicanos sus raíces y fortaleciendo la convivencia familiar y comunitaria. Más allá de ser un simple regalo, son un símbolo de la generosidad y el espíritu navideño que se mantiene vivo de generación en generación.
Fuente: Milenio
