Se pronostica que las elecciones del mes próximo tendrán una de las participaciones más bajas en la joven historia de nuestro estado. Es triste, pero al ver al abanico de opciones, que incluye muchos de los mismos políticos reciclados de siempre, es fácil entender por qué. Son personas que le apuestan a la amnesia generalizada, profesionales de la charlatanería que cada dos años desempolvan sus mismas ideas trasnochadas y vuelven a enarbolar sus mismas “luchas”, aunque se ha visto que luego no hacen nada y que todo sigue igual.
Hay pocos ejemplos tan claros que el de Gregorio Sánchez Martínez, quien ya trae consigo una lista de temas que asegura resolverá, aunque cuando llega al poder, como presidente municipal o regidor, es poco o nada lo que ha hecho al respecto.
El magnate de bienes raíces, que ha devastado mangle en Cancún y Cozumel, después de su salida del PRD se ha dedicado a “comprar” partidos pequeños, como si fueran una franquicia, para así poder continuar de candidatura en candidatura, primero con el PT y ahora con Encuentro Social, partido supuestamente aliado de AMLO, que terminó traicionándolo y lanzándose en su contra.
Como todo oportunista, para esta última campaña, al igual que en las anteriores, ha tomado a Aguakan como su “piñata”, al reclamar en contra de la concesión y sobre cobros, y demás, pero sin entrar a un análisis de fondo. Greg Sanchez únicamente menciona a la empresa para generar expectativas en los ciudadanos, pero sin seguimiento. Igual que antes, todo concluye en que “se revisará el caso”, que se harán cambios a la Constitución, que “acabarán con la impunidad”, pero no hay nada que realmente ponga sobre el “banquillo” a la empresa.
Hasta pareciera que se tratase de gemelos. Hay un Greg-candidato que despotrica en contra de este “cártel”, que incluso fomenta supuestas “clausuras simbólicas”. Hay, sin embargo, un Greg-funcionario que como edil o regidor de pronto se le olvidan todos estos agravios y que después de algunas reuniones a puerta cerrada decide que en realidad no hay nada malo con el servicio. Lo mismo aplica actualmente con su esposa, a quien hizo candidata únicamente para restarle votos a Morena, sin lograrlo. Desde su regiduría, se dedica a criticar lo que se le permite y callar sobre el resto.
Sería interesante escuchar una charla entre estas dos personas, físicamente idénticas, pero totalmente opuestas en ideas y principios. Así, Greg-candidato podría reclamar por la inseguridad, mientras Greg-funcionario se secaría el sudor de la frente recordando sus redes de tráfico de cubanos y la entrega de partes de la policía municipal al crimen organizado. Greg-candidato hablaría de la protección al medio ambiente y Greg-funcionario justificaría su intento de destruir el Ombligo Verde y también de sus planes de arrasar con Tajamar.
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Ojalá la ciudadanía sepa ver no solo al candidato sino al funcionario y recordar que las mismas frases gastadas que sacó de gira en la campaña actual las ha repetido mil veces, sin resultado tangible.