Una bolsa llena de Cheetos, desechada por un visitante subterráneo de la Gran Sala del parque nacional Carlsbad Caverns en Nuevo México, ha llevado al Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos a emitir una advertencia de que los alimentos desechados podrían tener un “enorme impacto” en el delicado y en riesgo ecosistema de la cueva.
En un comunicado, el parque publicó: “A escala de la perspectiva humana, una bolsa de refrigerio derramada puede parecer trivial, pero para la vida de la cueva puede cambiar el mundo”.
“El maíz procesado, ablandado por la humedad de la cueva, formó el ambiente perfecto para albergar vida microbiana y hongos. Los grillos, ácaros, arañas y moscas de la cueva pronto se organizan en una red alimentaria temporal, dispersando los nutrientes a la cueva y las formaciones circundantes. Los mohos se extienden más arriba en las superficies cercanas, dan fruto, mueren y apestan. Y el ciclo continúa”, agregó.
El parque dice que comer y beber cualquier cosa que no sea agua simple atrae a los animales a la caverna, hogar de 17 especies de murciélagos que suman entre 400 mil y 800 mil, incluido el murciélago de cola libre brasileño, que hasta ahora han evitado el síndrome de la nariz blanca que ha estado devastando las colonias de murciélagos de Estados Unidos.
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El parque aseguró que los guardabosques pasaron 20 minutos eliminando moho y desechos extraños de las superficies dentro de la cueva. La bolsa de Cheetos desechada, había introducido vida microbiana y moho que no formaban parte del ecosistema natural y eran “completamente evitables”.
Con información de Fox News