Ucrania.- Luego de la explosión en la central nuclear de Chernobyl, en 1986, la zona de exclusión sigue arrojando información importante para los biólogos.
Y es que de acuerdo con recientes reportes, las vacas que quedaron abandonadas se comportan de una forma más salvaje que las que no se enfrentaron a este proceso.
Desde hace tres años, trabajadores de la Reserva de Radiación y Biósfera Ecológica de Chernobyl notaron que los animales tenían comportamiento salvaje, pues se han adaptado a condiciones climáticas.
La manada de vacas actúa con armonía, protegen con más atención a las crías y el ganado joven, por ejemplo, tiene mayor adaptación al clima frío.
Otro de los visibles cambios es que el toro viejo y fuerte de la manada no expulsa a los más jóvenes. En cambio, sí los protege de los depredadores.
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La manada de vacas salvajes en la reserva apareció como resultado de la muerte de sus dueños -autocolonos de la aldea de Lubyanka-.
Este no es el primer caso en esta área. Después del accidente, hubo una manada de ganado salvaje alrededor del antiguo pueblo de Chistogalivka durante casi un año. Más tarde fue llevado a la agricultura experimental en Nuevo Shepelichi.
Desde 2017, el personal ha estado realizando observaciones regulares de esta manada. Este caso inesperado dio la oportunidad, por una parte, de explorar el proceso de animal salvaje, y por otra, su impacto en las zonas locales del paisaje del río.
Sus ancestros salvajes solían vivir aquí -los tour-. Este toro salvaje se ha extendido por todo el bosque y la zona de la estepa de Eurasia. No sólo vivió en estos ecosistemas naturales, sino que tomó una parte importante en su funcionamiento. Junto con tarpan y bisonte, el tour creó paisajes abiertos por una influencia activa en el grano y la vegetación.
Con información de: Milenio
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