Sin perder los nervios, evitó que Eriksen se tragara la lengua, le colocó en la posición correcta y después atendió a la pareja de su compañero para tranquilizarla.
Los médicos que acudieron a socorrer a Christian Eriksen después de que se desplomara sobre el césped del Parken de Copenhague salvaron la vida de la estrella danesa. A ellos se unió la figura de Simon Kjaer, capitán de Dinamarca, que dignificó más que nadie el sentido de llevar el brazalete.
En cuanto Eriksen cayó, Kjaer salió corriendo desde su posición de central para atender a su compañero. Nada más llegar, evitó dos medidas cruciales antes de que llegaran los médicos. Lo primero, evitó que se tragara la lengua y pudiera seguir respirando. Luego, le colocó en la posición correcta según los protocolos correspondientes y esperó a que llegaran los médicos.
Una vez dejó todo en manos de los profesionales, Kjaer no quiso perder de vista la evolución de los acontecimientos. Mientras todos los miembros de la selección danesa hacían un corro de espaldas para tapar a Eriksen sin fuerzas para mirar, el capitán permanecía de frente, sin perder la calma.

El otro gran acto de servicio del capitán danés fue cuando la pareja de Eriksen, Sabrina Kvist Jensen, saltó al césped aterrorizada y llorando. Kjaer, junto a Schmeichel, se acercó a ella, la trató de tranquilizar y la abrazó.

(Con información de MARCA).