Dos hombres, presuntamente ligados a actividades criminales, fueron encontrados muertos tras la explosión de una mina de fabricación casera que manipulaban en una zona rural del municipio de Apatzingán, Michoacán.
El incidente ocurrió en las inmediaciones de la comunidad de El Guayabo, una región serrana donde agentes del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Guardia Civil estatal realizaron un operativo de seguridad para frenar el narcotráfico en la zona.
Durante un recorrido de vigilancia, los efectivos castrenses localizaron los cuerpos sin vida de dos individuos, quienes vestían botas tácticas y chalecos con insignias del grupo delictivo Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Cerca de los cadáveres, los uniformados detectaron un cráter provocado por una detonación reciente, lo que llevó a inferir que los sujetos se encontraban manipulando o enterrando un artefacto explosivo que habría estallado de forma accidental.
Tras el hallazgo, se acordonó la zona y se notificó a la Fiscalía Regional del Estado para iniciar las investigaciones correspondientes. Un equipo especializado de la policía de investigación se trasladó al lugar para realizar el levantamiento de los cuerpos y recolectar evidencias.
Los restos fueron llevados al Servicio Médico Forense (Semefo), donde permanecen en calidad de desconocidos. Se espera que en las próximas horas se realicen los análisis pertinentes para determinar sus identidades.
Además de los cadáveres, las fuerzas de seguridad también ubicaron cuatro artefactos explosivos adicionales: dos minas artesanales y dos dispositivos diseñados para ser lanzados por drones.
Especialistas del Grupo de Respuesta a Emergencias del Ejército Mexicano procedieron a la destrucción controlada de dichos explosivos, evitando un mayor riesgo para las fuerzas armadas y la población cercana.
Asimismo, durante el operativo, las autoridades lograron asegurar dos vehículos con reporte de robo. También, lograron detener a dos personas, identificadas como Gerardo N. y Mariela N., quienes ya se encuentran a disposición del Ministerio Público.
Las operaciones militares en la región de la tierra caliente continúan como parte de la estrategia federal para combatir al crimen organizado y garantizar la seguridad en Michoacán.
Michoacán, pieza clave para el narcotráfico
Desde la década de los 40, Michoacán ha estado en la mira de grupos criminales, pues su tierra fértil sirvió para iniciar con los primeros plantíos de marihuana y amapola, mismos que eran escondidos en cultivos de maíz y frijo.
Pero fue hasta la década de los 80 que se tienen antecedentes de los cárteles como ahora los conocemos. Para la época, las redes de traficantes ya habían adquirido experiencia en técnicas de producción y trasiego de droga, por lo que el Puerto de Lázaro Cárdenas se volvió una parada obligada para el narcotráfico, pues desde ahí se movía cocaína, que llegaba de Sudamérica y partía a Estados Unidos.
Posteriormente, en los 90, los grupos criminales empezaron a luchar por independizarse del patrocinio de la élite (el gobierno) y comenzaron a pelear por territorios estratégicos y nuevos mercados legítimos, como el aguacate.
Por ello, Michoacán, se ha convertido en escenario constante de enfrentamientos entre grupos criminales, cobrando la vida de miles de inocentes.
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Las últimas cifras de las víctimas del narcotráfico en Michoacán, revelan al cierre de 2024, al menos mil 515 asesinatos, ubicando la entidad en el séptimo lugar a nivel nacional en homicidios derivados de este delito.
De acuerdo con el periodista, Sergio Cortés Eslava, en Michoacán existe una la lucha interna entre los diferentes cárteles del crimen organizado que operan en el estado: el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Viagras, los Caballeros Templarios, Familia Michoacana, el Cártel de Tepalcatepec, entre otros.
Con información de Milenio, Infobae y Despertar.