Un reciente estudio de la Universidad de la Suiza Italiana reveló que los tatuajes podrían afectar negativamente el sistema inmunológico, aumentando la vulnerabilidad del cuerpo frente a infecciones e incluso ciertos tipos de cáncer. La investigación fue publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.
De acuerdo con el equipo liderado por el investigador Santiago F. González, del Instituto de Investigación Biomédica de dicha institución, la tinta aplicada en un tatuaje no permanece únicamente en la piel, sino que migra rápidamente hacia el sistema linfático.
Los especialistas observaron que, en cuestión de horas, una gran cantidad de pigmentos termina concentrándose en los ganglios linfáticos, estructuras clave para el correcto funcionamiento de las defensas del organismo.
La universidad explicó que, una vez dentro de los ganglios, los macrófagos (células encargadas de combatir sustancias extrañas) intentan absorber los pigmentos del tatuaje, lo que desencadena una reacción inflamatoria dividida en dos fases.
La primera es una respuesta aguda que dura alrededor de 48 horas. Sin embargo, los científicos subrayaron que después se desarrolla una fase crónica que puede mantenerse durante años, caracterizada por un debilitamiento progresivo del sistema inmune.
Los investigadores informaron que los macrófagos no pueden descomponer los componentes de la tinta como lo harían con otros agentes, lo que termina provocando su muerte. Esta limitación se detectó especialmente en tintes de color rojo y negro, que podrían resultar más nocivos tras su aplicación.
Como consecuencia, la tinta permanece atrapada en los ganglios linfáticos y genera un ciclo constante en el que las células mueren al intentar procesarla, lo que altera la capacidad del organismo para defenderse adecuadamente.
El estudio, que se extendió durante siete años, reunió a 12 grupos de investigación de distintos países y recibió apoyo económico de diversas organizaciones suizas.
Entre los experimentos realizados, uno de ellos consistió en vacunar a ratones, comparando las reacciones entre los que tenían tatuajes y los que no. Los resultados mostraron que los animales tatuados produjeron una menor cantidad de anticuerpos.
Debido a estos hallazgos, la universidad suiza expresó su preocupación sobre la seguridad de los tatuajes, recordando que aproximadamente una de cada cinco personas en el mundo cuenta con al menos uno.
Otros riesgos a la salud al tatuarse
Aunque las tintas modernas para los tatuajes han evolucionado para ser seguras y duraderas en la piel, su producción se hace con pigmentos sintéticos de grado cosmético y no farmacéutico, por lo que pueden tener reacciones diferentes dependiendo de la persona a la que se le aplica.
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Los daños más comunes a la hora de realizarse un tatuaje suelen ser infecciones en la piel debido a malos procedimientos o pocoa higiene; así como alergias, irritaciones, cicatrización anormal e incluso interferencia con exámenes médicos.
Esto último debido a ciertos pigmentos utilizados en los tatuajes que pueden interferir en estudios de salud como resonancias magnéticas (MRI).
Con información de Aristegui Noticias y Academia Nacional de Medicina de Colombia.
