Las festividades de fin de año suelen traer alegría, reuniones familiares y, frecuentemente, un aumento considerable en el consumo de bebidas alcohólicas. Sin embargo, detrás de las luces y los brindis, los médicos advierten sobre un riesgo latente para la salud: el “síndrome del corazón navideño“.
Esta condición, aunque tiene un nombre estacional, representa una seria amenaza cardiovascular que puede convertir una noche de celebración en una emergencia médica inmediata.
El fenómeno ocurre principalmente cuando personas que no padecen enfermedades cardíacas previas consumen alcohol de manera excesiva en un periodo corto.
Los especialistas señalan que los festejos de diciembre propician este comportamiento, lo que dispara las visitas a las salas de urgencias por arritmias y palpitaciones severas.
¿Qué sucede realmente en el corazón?
Este término, acuñado originalmente en 1978, describe la relación directa entre los excesos en el consumo de bebidas alcohólicas durante las celebraciones y la aparición de irregularidades en el ritmo cardíaco, específicamente la fibrilación auricular. El alcohol actúa como una toxina directa sobre las células del corazón, alterando el sistema eléctrico que dicta el ritmo de los latidos.
Cuando alguien ingiere grandes cantidades de alcohol, el corazón puede entrar en un estado de fibrilación auricular, lo que significa que las cavidades superiores del órgano tiemblan en lugar de contraerse eficazmente.
Por ejemplo, una investigación dirigida por el Dr. Gregory M. Marcus y publicada en Annals of Internal Medicine, se observó que personas que consumieron más de dos copas en un lapso de cuatro horas presentaron una probabilidad 3.5 veces mayor de sufrir un episodio de fibrilación auricular.
Esta desestabilización eléctrica provoca que el corazón lata de forma irregular y acelerada. Además, el metabolismo del alcohol produce acetaldehído, una sustancia que estimula la liberación de adrenalina y noradrenalina, estresando aún más el sistema cardiovascular.
La combinación de alcohol, falta de sueño y el estrés propio de las fechas crea la “tormenta perfecta” para un evento cardíaco.
Síntomas que no debes ignorar
Los pacientes que experimentan este síndrome suelen reportar una sensación de “aleteo” o golpeteo fuerte en el pecho. Otros síntomas comunes incluyen dificultad para respirar, cansancio extremo, mareos y, en los casos más preocupantes, dolor opresivo en el tórax.
El riesgo aumenta si la persona acompaña el alcohol con alimentos ricos en sodio, ya que la sal eleva la presión arterial y obliga al corazón a realizar un esfuerzo adicional para bombear sangre.
Es fundamental entender que este síndrome no afecta solo a los bebedores habituales. Incluso un “bebedor social” que se excede únicamente durante la cena de Navidad puede sufrir una arritmia aguda. Aunque en muchos casos el ritmo vuelve a la normalidad cuando el cuerpo elimina el alcohol, en otros puede derivar en complicaciones graves como insuficiencia cardíaca o accidentes cerebrovasculares.
¿Cómo proteger tu salud del “síndrome del corazón navideño?
La prevención constituye la defensa más eficaz para mantener un corazón sano durante diciembre. Los expertos recomiendan moderar la velocidad del consumo y alternar cada copa de alcohol con un vaso de agua natural.
Esta práctica no solo reduce la cantidad total de etanol en el organismo, sino que también previene la deshidratación, un factor que exacerba las arritmias.
Asimismo, los médicos instan a no ignorar las señales de alerta. Si sientes que tu corazón late de forma inusual después de un brindis, debes suspender el consumo de inmediato y buscar atención médica si los síntomas persisten.
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Disfrutar de las fiestas con equilibrio garantiza que el único motor de nuestras celebraciones sea la alegría y no una crisis de salud inesperada.
Con información de: Aristegui Noticias
