Tras una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Latinus, en la que afirman que el hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, José Ramón López Beltrán y su esposa vivieron en 2019 y 2020 en una residencia que fue de Keith Schilling, un importante ejecutivo de Baker Hughes, varios accionistas estadounidenses solicitaron una investigación profunda en relación a un conflicto de interés e irregularidades.
Esto debido a que la empresa norteamericana tiene contratos con el gobierno de AMLO por más de 151 millones de dólares en obras para Petroleros Mexicanos (Pemex).
“Estos hechos crean la percepción de un posible conflicto de interés y un escenario potencial que podría haber cruzado la línea de las obligaciones legales y éticas de Baker Hughes. Por tal motivo, se justifica una denuncia y es necesaria una investigación”, detalla la carta que el abogado de la empresa, Juan Carlos Luna, envío al Departamento de Justicia.
Por su parte, Keith Schilling afirmó que previamente desconocía quienes eran los arrendatarios.
“No tenía ninguna relación previa, conexión personal o familiaridad con el arrendatario o la familia del arrendatario de ninguna forma”, subrayó Schilling a Bloomberg News. “En cualquiera de mis roles en Baker Hughes, no tenía responsabilidad por ninguna actividad comercial relaciona con o en México”, puntualizó.
Con información de Bloomber News
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