México enfrenta en la actualidad una de las peores crisis hídricas de su historia y ante estos inconvenientes el uso de un baño seco emerge como una de las soluciones más viables.
Un baño seco no necesita líquido y se puede colocar en cualquier lugar, ya que no están conectados al drenaje.
Como su nombre indica, un baño seco es aquel que prescinde del uso de agua para el manejo de nuestros desechos. En su lugar, estos pueden ser fermentados o compostados, lo que no solo previene la contaminación del agua, sino que también aprovecha los residuos para enriquecer la tierra.
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Baño seco una opción viable
El primer sistema implica reunir tanto las heces como la orina en cámaras sin necesidad de separarlas. Requiere una instalación especial que facilite la oxigenación de la cámara y una capacidad grande para almacenar los desechos.
Por otro lado, el segundo sistema requiere que los desechos sólidos y líquidos sean separados. Los sólidos se mezclan con material orgánico, como aserrín o hojas, y se compostan.
El baño seco contribuye a ahorrar litros y litros de agua en el sanitario. Un excusado utiliza entre 5 y 20 litros de agua cada vez que se jala la palanca; o sea, se puede “se puede utilizar hasta un garrafón de agua en cada ‘jalada’, lo cual es una locura, (porque) usamos agua limpia para deshacerse de nuestra caca”.
