Ganaderos de Durango lanzaron una seria advertencia a los consumidores: una parte importante de la carne que se comercializa en el estado no proviene de la res, sino de caballo. De acuerdo con la Unión Ganadera Regional, al menos el 20 por ciento de la carne que llega a los mercados locales y a los puestos de tacos sería equina, aunque se vende como si fuera de res.
Rogelio Soto Ochoa, presidente del organismo, señaló que esta práctica constituye un fraude para los consumidores, ya que la carne de caballo, que debería tener un precio de alrededor de 70 pesos por kilo, se ofrece hasta en 200 pesos bajo otra etiqueta.
“La carne de caballo no es mala ni te mata; te mata que te hagan un fraude una carne que vale 70 pesos y te la vendan en 200. Te mata el bolsillo, y eso es lo que sigue pasando”, explicó el dirigente, quien considera que este fenómeno podría repetirse en otras regiones del país.
Las sospechas crecieron luego del hallazgo de un matadero clandestino dentro de la ciudad de Durango, descubierto el pasado 5 de septiembre tras una denuncia anónima. Personal de la Comisión para la Protección de Riesgos Sanitarios del Estado (Coprised) encontró restos de caballos sacrificados ilegalmente, aunque los presuntos responsables lograron escapar antes del operativo.
Este descubrimiento confirmó lo que muchos ganaderos venían denunciando desde hace tiempo: el sacrificio de caballos y la venta de su carne como si fuera de res. El caso desató un debate entre quienes defienden la carne equina por su valor nutricional y quienes exigen castigo para quienes cometen este fraude comercial.
“El problema no es el tipo de carne, sino la mentira. Si se informara con claridad al consumidor, nadie se sentiría engañado. Lo que no se vale es vender gato por liebre”, insistió Soto Ochoa.
A este panorama se suma otro reto que afecta directamente a los productores locales y es la creciente importación de carne proveniente de Brasil, que, según estimaciones, representa entre el 50 y el 55 por ciento del total que se comercializa en Durango.
El líder ganadero lamentó que el producto nacional esté siendo desplazado incluso dentro del propio estado.
“Producimos carne de calidad, pero no podemos competir con los precios bajos de la carne brasileña. Este año la entrada ha sido desmedida y eso nos está afectando gravemente”, comentó.
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Soto Ochoa advirtió que el sector atraviesa una crisis, ya que los productores locales apenas abarcan el 30 por ciento del mercado. El resto está dominado por importaciones y carne adulterada, lo que pone en riesgo la economía ganadera regional.
Finalmente, hizo un llamado al gobierno federal para intervenir en la regulación de las importaciones y reforzar la vigilancia sanitaria, con el fin de proteger tanto a los consumidores como a los productores mexicanos. “Necesitamos reglas claras y justicia para el campo nacional”, concluyó.
Con información de Milenio.