En la madrugada de este martes, Román Ruiz Bohórquez, presidente municipal de Candelaria Loxicha, Oaxaca, fue asesinado en su domicilio. El ataque, perpetrado con un arma blanca, ocurrió en su residencia ubicada en el barrio El Calvario, en la comunidad del distrito de San Pedro Pochutla, en la Sierra Sur del estado.
El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, confirmó el homicidio y expresó sus condolencias a la familia del funcionario. “Lamentamos profundamente este hecho y enviamos nuestro más sentido pésame a sus familiares”, declaró el mandatario.
Tras el ataque, Ruiz Bohórquez logró pedir ayuda y fue trasladado a un consultorio médico, donde falleció debido a la gravedad de sus heridas. La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) ha iniciado una investigación y ha desplegado un equipo en Candelaria Loxicha. Hasta el momento, no se han realizado detenciones ni se tienen datos sobre los agresores.
Desde esta mañana, elementos del Ejército Mexicano y de la Policía Estatal han establecido un cerco de seguridad en el domicilio del presidente municipal, mientras el personal de la FGEO lleva a cabo sus investigaciones.
Román Ruiz Bohórquez fue electo en abril de 2023 en unas elecciones extraordinarias organizadas por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) bajo el sistema normativo indígena. Estas elecciones se realizaron de forma extemporánea debido a una controversia electoral que impidió la elección ordinaria a finales de 2022.
Los asesinatos de presidentes municipales en México han sido un problema persistente y preocupante. Desde el año 2000, se han registrado al menos 93 casos de homicidios de alcaldes en el país. Estos crímenes suelen estar relacionados con la violencia del crimen organizado y la corrupción, que afectan a muchas regiones de México.
Durante el sexenio de López Obrador hubo un aumento del 23% y 77% en los casos de asesinatos a presidentes municipales, en comparación con los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, respectivamente. Estos asesinatos no solo generan un clima de inseguridad, sino que también afectan la gobernabilidad y la confianza de la ciudadanía en las instituciones locales.
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La violencia contra los alcaldes es un reflejo de los desafíos más amplios que enfrenta México en términos de seguridad y justicia. La lucha contra el crimen organizado y la corrupción sigue siendo una prioridad para las autoridades, pero los resultados han sido mixtos y la violencia continúa siendo una amenaza significativa.
Con información de Milenio