Una nueva especie de Gecko (lagartija nocturna) fue descubierta entre los estados de Puebla y Oaxaca y que en el año 2000 se creyó que era la Salamanquesa del Alto Balsas (Phyllodactylus bordai).
Pero ahora, gracias a estudios genómicos, en combinación con datos morfológicos y climáticos, se sabe que es la recién bautizada Salamanquesa del Valle de Tehuacán-Cuicatlán (Phyllodactylus ngiwa), especie endémica de la región.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), el hallazgo lo hicieron hace cinco años las Brigadas de Vigilancia y Monitoreo Biológico Comunitario de la región Chocho-Mixteca y del Valle de Tehuacán y el equipo técnico de la Dirección de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, quienes compartieron las imágenes en la plataforma iNaturalistMX.
Posteriormente un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizaron los estudios correspondientes de la lagartija nocturna a través de un proyecto auspiciado por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI), que requirió el apoyo de la Conanp y comunidades locales, para la colecta y manipulación de los ejemplares.
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Fernando Reyes Flores, titular de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, dio a conocer que el pasado mes de noviembre, los investigadores Tonatiuh Ramírez Reyes, Daniel R. Durán Arceo, Ricardo Palacios Aguilar y Oscar Flores Villela, publicaron los resultados en el artículo científico: “Revisión taxonómica del polifilético Phyllodactylus bordai (Squamata: Phyllodactylidae), con la descripción de una nueva especie”, en la revista Zootaxa.
Destacó que este trabajo es muy importante para el conocimiento y protección del territorio que realizan las 42 brigadas de Vigilancia y Monitoreo Biológico Comunitario con el acompañamiento de las autoridades agrarias e instancias como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), y el personal del área natural protegida.
Además, de que se amplía el conocimiento de la rica biodiversidad de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, nombrada por decreto presidencial el 18 de septiembre de 1998, lo que contribuye a su conservación y el manejo efectivo de los ecosistemas.
Según los expertos, la lagartija nocturna son animales cruciales en los ecosistemas porque actúan como controladores naturales de plagas (insectos, arañas, caracoles), ayudando a mantener el equilibrio ecológico al regular sus poblaciones, y a su vez son una fuente vital de alimento para depredadores mayores como aves y serpientes, participando activamente en la cadena trófica, incluso en la polinización y dispersión de semillas en algunos casos, siendo esenciales para la salud ambiental.
Con información de Milenio.
