Por unanimidad la Cámara de Diputados aprobó la reforma la Ley General de Vida Silvestre para prohibir el uso de mamíferos marinos para aprovechamiento extractivo, ya sea de subsistencia o comercial. Por ejemplo, los espectáculos en sitios como los delfinarios.
Además, la reforma también prohíbe el uso de mamíferos marinos, como delfines, lobos marinos y orcas, entre otras especies, en espectáculos fijos o itinerantes.
El pleno de la Cámara de Diputados aprobó por 415 votos a favor la reforma que establece que ningún mamífero marino puede ser sujeto de aprovechamiento extractivo, con excepción de la captura que tenga por objeto la investigación científica con fines de protección y conservación de dicha especie y población. Es decir, los delfinarios ya no podrán hacer sus espectáculos como los realizan hasta el día de hoy.
En ese sentido, la reforma fija que la investigación debe ser realizada o avalada por una institución académica o de investigación con registro oficial y contar con un protocolo autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recurso Naturales (Semarnat).
Además, prohíbe la posesión y utilización de mamíferos marinos para cualquier actividad que no sean las permitidas en el artículo 60 Bis. Con excepción de aquellos cuya finalidad sea su reproducción para la conservación a través de la recuperación, la reintroducción y la repoblación de especies y poblaciones amenazadas o en peligro de extinción.
Para las especies pertenecientes al grupo de los cetáceos, los ejemplares deben estar ubicados en corrales marinos y no en instalaciones de concreto, como albercas y estanques. Además, de que prohíbe que ejemplares de primate, cualquiera que sea la especie, podrá ser sujeto de aprovechamiento extractivo, ya sea de subsistencia o comercial.
La reforma fue enviada a la presidenta Claudia Sheinbaum para que se publique en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y, como se estableció en uno de los artículos transitorios, entre en vigor 180 días después de su publicación.
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Mientras ambientalistas y ciudadanos festejan que ambas cámaras aprueben la reforma, los dueños de los delfinarios se muestran en contra dado que esta ley afectará un negocio que les ha redituado mucho dinero a costa del maltrato animal.
Además se escudan en otro argumento económico y es que que según ellos, se perderían hasta mil 800 empleos si estos lugares llegaran a cerrar. Sin embargo, hay que recordar que desde siempre se les pidió hacer cambios y ajustes, y muy poco de estos empresarios lo hicieron. Ahora habrá que esperar lo que pae cuando la reforma entre en vigor.
Con información de Proceso.