Este sábado se celebra en todo el mundo la Marcha 41 del Orgullo LGBTI (lesbico, gay, bisexual, trans e intersexual), en conmemoración a los disturbios registrados en 1969 en Stonewall, Nueva York, Estados Unidos, donde la comunidad gay se enfrentó con la policía.
Desde entonces, esta comunidad ha luchado por sus derechos, los cuales se han visto bloqueados por su preferencia sexual. Sin embargo en México, poco a poco se aprueban nuevas leyes, que fueron impulsadas desde la sociedad civil y activistas, a favor de esta comunidad que por años ha sido discriminada.
Uno de los más importantes para la comunidad LGBTI y que ha generado muchos tabúes alrededor de ello, es el matrimonio igualitario, el cual ha sido aprobado en 16 estados del país.
El camino para la aprobación ha sido de manera local gracias al activismo de la comunidad LGBTI y organizaciones civiles, luego de que en 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dictaminara que todos los jueces debían tener un criterio favorable ante los amparos que se interpusieran en cualquier estado del país, para lograr el matrimonio entre personas del mismo sexo.
¿Pero, qué es el matrimonio igualitario?
El matrimonio igualitario se define como la unión de dos personas, sin importar su género, para hacer una comunidad de vida, dicha unión está respaldada por el Código Civil de cada estado, donde la pareja adquiere obligaciones y beneficios que la simple unión no tiene.
Es decir, los derechos varían —por ejemplo la seguridad social, la adopción de menores o el derecho a la vivienda, mediante el Infonavit o FOVISSSTE.
Los pioneros en legislar el matrimonio igualitario son la Ciudad de México (CDMX), que en 2009 cambió el concepto de matrimonio, (celebrado entre hombre y mujer), por la
“unión de dos personas para hacer una comunidad de vida, en donde ambas se procuran respeto y ayuda mutua”.
Luego en 2017 la Asamblea Constituyente propuso que el artículo 16 de la Constitución local reconociera las figuras de matrimonio civil, concubinato u otra forma de unión —con hijos o sin hijos—y la igualdad de sus derechos.
Después Quintana Roo siguió sus pasos, luego de que las parejas interesadas en casarse encontraran una laguna en el Código Civil del estado, el cual no definía al matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
Sin embargo, esta “laguna” no fue suficiente. Y entre 2011 y 2012, se llevó a cabo proceso para que el gobierno local reconociera que no existían obstáculos legales para prohibir estas uniones, además de reconocer que el matrimonio entre personas del mismo sexo no pone en peligro “el desarrollo de las familias heterosexuales“.
A la lista se sumaron: Coahuila, Colima, Campeche, Michoacán, Morelos, Nayarit, Hidalgo, San Luis Potosí y Baja California Sur. Luego, siguieron Jalisco, Chiapas, Puebla, Nuevo León y Aguascalientes.
Guerrero y Querétaro sólo permiten el matrimonio igualitario en algunos de sus municipios. 8 en Querétaro y 4 municipios en Guerrero.
Mientras los que se niegan a aprobarlo están:
Durango, Guanajuato, Estado de México, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Zacatecas y Tamaulipas no han avanzado en la legislación. En estos estados, para que una pareja del mismo sexo pueda casarse, es necesario presentar un amparo.
Con información de Sopitas.com