Con 194 mil 510 víctimas de asesinato y 53 mil 566 víctimas de desaparición registradas entre diciembre de 2018 y octubre de 2024, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) resultó el más violento en la historia reciente de México.
Su estrategia basada en las Fuerzas Armadas y en el lema “abrazos, no balazos”, no pudo sacar al país de la violencia en la que se encuentra desde el inicio de la guerra contra el narcotráfico, proclamada por Felipe Calderón Hinojosa en 2006.
Según los datos actualizados del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante el sexenio de AMLO se registraron 20 mil 624 víctimas de asesinato en Guanajuato, 16 mil 245 en Baja California, 16 mil 237 en el Estado de México, 13 mil 696 en Chihuahua, 13 mil 668 en Jalisco y 12 mil 888 en Michoacán.
Por su parte, las autoridades de Sonora y Guerrero reportaron más de 9 mil asesinatos cada una, mientras que las de Veracruz, Morelos y Nuevo León registraron cifras superiores a 7 mil víctimas de homicidio y feminicidio.
En comparación con los últimos años del sexenio de Enrique Peña Nieto, la gestión de AMLO estuvo marcada por un incremento sustancial en los homicidios dolosos y feminicidios en Morelos, Nuevo León, Michoacán, Sonora y Zacatecas, y con un estancamiento de la violencia en niveles elevados en Baja California, Chihuahua, Guanajuato o el Estado de México.
HEREDA UN PAÍS VIOLENTO
Por su parte, el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo heredó de AMLO un país hundido en la violencia, lo que se ve reflejado en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), según el cual 58.6 por ciento de la población se siente insegura en su ciudad.
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Este nuevo gobierno de la presidenta ha tenido que lidiar con el conflicto entre “Los Mayitos” y “Los Chapitos” en Culiacán, el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez en San Cristóbal de las Casas y la masacre de migrantes en Villacomaltitlán, Chiapas, por parte de militares.
Además de la decapitación del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos; los atentados contra abogados y políticos en la Ciudad de México; los asesinatos de una niña y enfermera en Nuevo Laredo por parte de soldados de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); o las balaceras y quemas de vehículos en Villahermosa.
Este el país violento que AMLO heredó a Claudia Sheinbaum, con más de 194 moil asesinados en el sexenio anterior.
Con información de Proceso.