En una de esas situaciones que solo pasan en México, el Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío, en Guanajuato, gastó casi 27 millones de pesos en material de neurocirugía craneal. Eso en un lapso de cinco años, pese a que no tenía médico especialista y mucho menos pacientes.
Por ello, todo hace indicar que se está ante un nuevo caso de corrupción dentro del sector salud, uno de los muchos que ha habido en los últimos años.
Las cifras indican que había una baja demanda de atención por padecimientos relacionadoss. Sin embargo, los contratos fluyeron mientras al frente del nosocomio estaba en la dirección de Operaciones el actual secretario de Salud de Guanajuato, Gabriel Cortés Alcalá.
Fue en 2018 cuando el instituto le otorgó a la empresa Medikal Muneris S.A. de C.V. el contrato SRM/373/2018, por un monto de 817 mil 452 pesos, para proveer 960 piezas de material médico denominado electrodo “cola de cochino”, usado en la atención de neurocirugía craneal, de las cuales, solo se utilizaron dos piezas en cuatr años (2018-2022).
Una auditoría de la Secretaría de la Función Pública al Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío, reveló que, sin estudio de mercado y por adjudicación directa, el mencionado nosocomio adquirió un material de curación con nulo movimiento desde su compra y sin contar con el neurofisiólogo, que es quien se encarga de las lecturas de encefalograma y electromiógrafo. El último especialista renunció al hospital a finales de 2018.
“Desde la contratación y entrega del material (electrodo cola de cochino) de fecha 11 de octubre de 2018 y hasta el 10 de marzo de 2022 que se efectuó el único consumo de este material bajo el número de salida 2022-27739-1 por dos piezas, se puede observar el escaso y casi nulo movimiento de este consumible. Y no se cuenta con estudio de mercado cuya investigación previa sirva de base para conocer la existencia de bienes, proveedores proponentes y precios estimados”, se lee en un documento.
“Se concluye que el área requirente no utilizó el material solicitado ni tomó acciones para evitar su caducidad en casi cuatro años desde su adquisición, lo que denota una falta de planeación, faltando al principio de eficiencia en cuanto a la administración de los recursos públicos”, se complementa.
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Lo anterior significó una merma de 445 mil 904 pesos, sin mencionar que para cuando este material se utilizó en el paciente ya se encontraba con fecha de caducidad vencida.
Además, entre 2018 y 2019, mientras el actual secretario de Salud de Guanajuato, Gabriel Cortés Alcalá fungía como director de Operaciones, el hospital otorgó 282 mil 257 pesos en dos contratos para el mantenimiento de este tipo de equipo especializado a la misma empresa Medikal Muneris, aún cuando no contaban ya con el neurofisiólogo encargado del manejo y lectura del equipo.
Con información de Proceso.