Este junio será especial en todo México, pues se podrá apreciar uno de los menómenos astronómicos más llamativos del año: la Luna de Fresa. Este evento, que mezcla belleza visual con tradición, marca la última luna llena de la primavera y suele despertar gran interés entre aficionados a la astronomía y curiosos del cielo nocturno.
La llamada Luna de Fresa debe su nombre no a su coloración rosada, como muchos creen, sino a su coincidencia con el inicio de la temporada de cosecha de fresas en el noreste de Estados Unidos. El término tiene raíces en los calendarios de los pueblos indígenas de Norteamérica, quienes nombraban las lunas llenas según los eventos naturales o agrícolas del momento.
Aunque no siempre adquiere un color rojo o rosado, esta luna puede teñirse de tonos ámbar o dorados cuando se encuentra cerca del horizonte, efecto causado por la atmósfera terrestre y la cercanía relativa del satélite a nuestro planeta. Este aspecto visual, sumado a su simbolismo, la convierte en una de las lunas más fotografiadas del año.
Este 2025, la Luna de Fresa alcanzará su punto máximo de visibilidad durante la madrugada del miércoles 11 de junio, específicamente a la 1:44 a.m. (hora del centro de México), solo unos días antes del solsticio de verano. Sin embargo, su apariencia más espectacular podrá apreciarse la noche del martes 10 de junio, cuando asome en el cielo justo al anochecer.
Según el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), este fenómeno podrá observarse desde todo el territorio mexicano sin necesidad de instrumentos especializados. No obstante, se recomienda buscar zonas alejadas de la contaminación lumínica para disfrutar del espectáculo con mayor claridad.
El fenómeno, aunque no raro, sí es especial, ya que en algunos años coincide con eclipses o eventos astronómicos mayores. En esta ocasión, se espera que la Luna de Fresa se muestre más brillante y con mayor tamaño aparente, lo que genera la ilusión de una “superluna”, aunque no siempre cumple con los criterios técnicos de esa categoría.
Para quienes deseen capturar este momento, lo ideal es observar la salida de la luna desde un punto elevado, sin obstáculos visuales como edificios o montañas. Un telescopio o binoculares pueden mejorar la experiencia, aunque a simple vista ya será posible admirar su resplandor singular.
La Luna de Fresa no solo ofrece un regalo visual, sino también un recordatorio del vínculo ancestral entre los ciclos lunares y la vida cotidiana de las antiguas culturas. Hoy en día, este fenómeno sirve como una oportunidad para reconectarse con el cielo y apreciar la naturaleza desde una perspectiva distinta.
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En suma, la Luna de Fresa es más que un fenómeno astronómico: es una combinación de ciencia, tradición y belleza. Este 10 y 11 de junio, bastará con mirar al cielo para ser testigos de uno de los momentos más mágicos del calendario lunar.
Con información de Sopitas.com