Tres huracanes ─Gladys, Janet e Hilda─ azotaron el puerto de Tampico en 1955, y desde entonces, esos fenómenos dejaron de golpear e inició un mito que es viral en redes sociales: una base extraterrestre en las profundidades de la playa de Miramar, que protege de las catástrofes meteorológicas.
En 1967, tras el paso del huracán Inés, se erigió una estatua de la Virgen del Carmen, patrona de pescadores y protectora de marinos. Desde esa fecha, ningún ciclón ha golpeado al puerto y en algún momento, ese manto religioso fue sustituido por la creencia de seres extraños y un campo espacial protector.
Ciudad Madero y su vecina Tampico comparten el mito; sus orígenes son mezcla de fantasía, folklore y temores a lo desconocido. El origen estaría en los avistamientos de platillos voladores en los 60 y 70.
En 1988 se desvió Gilberto, llamado el “huracán asesino”: no pasó por la zona original de impacto, que incluía la zona, lo que detonó el mito de la base y su protección.

Con el tiempo pasó de ser mera ocurrencia a leyenda urbana que incluía supuestos abducidos, estatuas alienígenas, el Día del Extraterrestre ─29 de octubre en Ciudad Madero─, viajeros astrales, paleros, promotores y detractores.
El huracán Beryl, cuya trayectoria indicaba que golpearía a Tampico, se desvió al sur de Texas, y después la tormenta tropical Alberto se dirigió al norte de Veracruz. No importa los pronósticos oficiales, el fenómeno se vuelve esquivo, caprichoso, avivando la teoría ovni.
En redes
La prensa no es ajena a la leyenda urbana de los avistamientos: “¡Otra vez extraterrestres!: 52 años sin ciclones” (Express, 5 de septiembre 2019) o una imagen de un alien haciendo la V de la victoria, “¡Lo vuelven a hacer!” (Express, 20 de junio de 2024).
Y las redes sociales no perdonan: un extraterrestre disfrazado de portero que desvía huracanes; los “guardianes de la bahía” tomados de la mano: cocodrilo, mapache, jaiba y alíen. Huracán que no llega tiene en internet su meme, su TikTok o su sátira en YouTube.

Se creó un busto alienígena en 2013, de color verde, como en posición militar, tenía extremidades junto al cuerpo, con una cabeza desproporcionada; incluso, se inauguró el 29 de octubre como el “Día del Marciano en Playa de Miramar”, con funcionarios y periodistas.
Desde 2013, el último martes de octubre en playa Miramar se festeja el “Día del Marciano”, que acrecienta el mito de la base extraterrestre.
El 2 de julio de 1947, en Roswell, Nuevo México, un objeto se estrelló y se convirtió en capital mundial ovni y pionera del turismo ufológico: McDonald’s en forma de platillo volador, museos, camisetas, paseos, generando millones de dólares a la economía local.
El Roswell tropicalizado en la playa Miramar no alcanza la fama del original, pero ha incrementado los ingresos de paleteros, vendedores de empanadas, elotes asados, souvenirs y hasta figuras de Jesucristo, San Judas Tadeo y la Virgen de Guadalupe.

Miramar tiene una extensión de 10 kilómetros de arenas finas; su malecón tiene mil 340 metros. Hace una década aparecen mapaches, que alimentados por la gente se acostumbraron al contacto humano. Desde entonces se venden bolsas con frituras para alimentarlos.
Libros y cerveza
A las cuatro de la mañana, estar en la punta del malecón es la mejor hora para un avistamiento de luces extrañas, según los seguidores de extraterrestres, lo que derivó en la solicitud de un “mirador ovni”.
Anuncios de madera en la playa con forma de flecha indican la distancia entre capitales del mundo y comercios locales (París, a ocho mil 857 kilómetros); restaurante El Lindero, a 7.5; Dubái, a 13 mil 982; tacos y gorditas Paco’s, a 9.9 kilómetros.
El más llamativo de todos es la supuesta base extraterrestre a 13 kilómetros, aunque los que se hacen llamar “investigadores del fenómeno” la sitúan a 40, y para los escépticos, faltaba más: ¡la base está marcada en Google Maps!

Los souvenirs van desde camisetas con el rostro de un mal encarado ET y la leyenda de “Miramar Playa Protegida”; también hay amigables peluches de seres de color verde y ojos negros, vestidos con una playera que dice Miramar; gorras, imanes para refrigerador, etcétera.
Un par de libros se han autopublicado sobre el fenómeno: De ovnis, fantasmas y otros sucesos extraordinarios (2011), de Eduardo Anguiano Ortiz, e Historia de la base extraterrestre de playa Miramar en el sur de Tamaulipas (2022), de Francisco Ramos Alcocer.
Y hasta cerveza hay del mito: “El milagro de los ovnis” es artesanal, en botella de vidrio, fabricada desde 2016. Su etiqueta tiene el rostro de un amigable extraterrestre que emerge de las olas. La crearon tres tampiqueños: Rómulo San Martín, Hugo de Alva y Julieta Zambrano.
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Finalmente, la exsecretaria de Turismo de Tamaulipas, Nembra del Carmen Jiménez Castro, dice que de niña tuvo encuentros cercanos del quinto tipo (contacto telepático y voluntario), y se considera una “investigadora científica del tema ovni y civilizaciones ancestrales”.
