De la austeridad republicana, en la recta final del gobierno federal se pasará a la pobreza franciscana, reveló el presidente Andrés Manuel López Obrador en su tradicional conferencia mañanera.
Indicó que se trata de una nueva etapa de austeridad en la que se ejecutarán medidas adicionales: casi no habrá viajes al extranjero, toda la comunicación será telefónica y por videoconferencias y se reducirán viáticos.
Como se recordará, el Congreso de la Unión aprobó la Ley Federal de Austeridad Republicana que incluye la cancelación de pensiones a expresidentes de la República.
Otras de las medidas que contempla esa iniciativa es la prohibición de contratación de seguros privados de gastos médicos y de vida, así como limitar la remodelación de oficinas solo por cuestiones estéticas.
El ahorro, a decir de López Obrador, ha sido de dos billones de pesos. Derivado de este resultado, las medidas se incrementarán.

La pobreza franciscana de AMLO
Los recursos de la nueva pobreza franciscana se destinarán a la ciudadanía. Esto permitirá que no se incrementen los impuestos, ni el precio de la gasolina ni se soliciten deudas.
“Cero corrupción y austeridad para liberar fondos para el desarrollo”, expuso López Obrador.
En cuanto a los sueldos superiores a lo que gana el Presidente, se enviará una nueva iniciativa para poner un tope a quienes perciban una percepción superior a los 130 mil pesos mensuales.
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