Se apropian cerros para tirolesa privada en Mazatlán; sería de las más largas en América Latina

Proyectada para ser una de las tirolesas más grandes de América Latina, que sobrevolará las aguas del océano Pacífico, la atracción empezó a construirse entre las cimas de los cerros Del Crestón y Del Vigía, en el puerto de Mazatlán.

Similar a la famosa Xtasea de Acapulco, llevará a los aventureros desde el majestuoso Crestón, hogar del icónico Faro de Mazatlán, hasta el impresionante Vigía, donde está el Observatorio 1873.

Sin embargo, ambientalistas mazatlecos y sinaloenses en general, temen un grave impacto a la fauna y la flora local, y es que en ambos casos albergan especies en riesgo o peligro de extinción.

En el cerro Del Crestón se ha colocado una estructura de acero, cuyos cables correrán ─desde 157 metros de altura─ a lo largo de 1.2 kilómetros entre ambas montañas mientras cruzan las aguas del océano Pacífico.

La tirolesa consta de una estructura a base de pilotes de concreto, fierro y madera para la formación de una plataforma de salida, y culminará dentro de Observatorio 1873, que es propiedad del zar gasolinero mazatleco Amado Guzmán Reynaud.

Es el nuevo gran atractivo turístico del puerto pensado principalmente para los miles de turistas extranjeros que arriban en los cruceros; sin embargo, también ha generado la inconformidad de ambientalistas, que temen un severo impacto ambiental.

Además, se teme que sea el inicio de la privatización y depredación de uno de los espacios públicos y símbolo de Mazatlán, y es que El Crestón es parte de la vida cotidiana: algunos lo suben como ejercicio diario, otros organizan avistamientos de aves o actividades culturales.

Inconformidad

La autorización la otorgó la Secretaría Marina (Semar), que controla a la Administración del Sistema Portuario Nacional Mazatlán (Asipona) que a su vez entregó la concesión por 20 años a la compañía del empresario gasolinero mazatleco Amado Guzmán.

La Asipona es una empresa pública facultada para usar, aprovechar y explotar espacios concesionados. En el país operan 16, todas a cargo de la Semar por decreto presidencial.

Colectivos ambientalistas, académicos y ciudadanos consideran que la obra genera daño ecológico, y reclaman que se haya realizado un proyecto sin consulta pública y acuerdos a puerta cerrada.

Las protestas se concentran en el aval del proyecto por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), porque hay especies de flora y fauna con categoría de riesgo, en peligro de extinción y protegidas por normas internacionales.

En tanto, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de la tirolesa fue presentada por el empresario beneficiado, y posteriormente avalada fast track por las autoridades federales.

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A cambio, la Asipona Mazatlán recibirá siete mil pesos mensuales por el uso del espacio público, así como el cinco por ciento de la taquilla.